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Poza Rica de Hidalgo

Poza Rica: ¿Huaxtecos o Totonacos?*

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Arqueólogo Hugo Juárez Tablero

El actual municipio de Poza Rica ha sido estimado como un asentamiento que, “fundado” en los años 30´s, se acerca a sus primeros cien años de existencia. Dispuesto en la cuenca del río Cazones, Poza Rica de Hidalgo había sido un municipio que, debido a múltiples factores económicos, se ha desfasado en términos de investigación arqueológica con respecto a los municipios vecinos. Siendo esta diferencia abismal debido a la presencia de El Tajín a tan solo unos kilómetros en el municipio de Papantla; o bien, rumbo al norte, Castillo de Teayo, en el municipio con el mismo nombre.

Y así como Tajín y Castillo de Teayo, tan solo por nombrar los sitios emblemáticos inmediatos, existe una cantidad que gira en torno a los 580 sitios arqueológicos dispuestos en el área inmediata del municipio. Esto es, que no debemos salir siquiera del sector Centro Norte del Estado de Veracruz para encontrarnos con estos.

Pero volviendo la vista al sector medular en el cual se encuentra nuestro municipio, soslayando un tanto el hecho de la cantidad inmensa de sitios arqueológicos dispuestos en Papantla, el resto del marco envolvente no se queda atrás.

Por ejemplo, tan solo por nombrar los sitios arqueológicos más reconocidos hasta ahora, el municipio de Tihuatlán, colindando con nuestro municipio, cuenta con el sitio Corralillos (Ruiz; 1996); Cazones de Herrera con el sitio Crispín Carreón (Castillo; 2012); y Coatzintla, presentando un fenómeno similar a Papantla, con la presencia de múltiples sitios que varían de ubicaciones geográficas con una estructura aislada, hasta conjuntos que logran la presencia de 15 estructuras de carácter arqueológico. Todos ellos, repartidos a lo ancho y largo del municipio (Castillo; 2012).

Pesando sobre nosotros la tajante aseveración de los investigadores de la Huaxteca, en la cual aseguran que la frontera sur de esta cultura fue el río Cazones; así como la escasez de estudios que, partiendo de la Cultura Tajín, se contemplara a Poza Rica como una zona de influencia dependiente de ésta. Simplemente no existían datos en el archivo técnico del INAH que tratasen a Poza Rica.

Sin más, este se vislumbraba por doquier como el municipio joven de este sector del Estado.

El año 2012 se consolida como la piedra angular para los descubrimientos arqueológicos
en nuestro municipio. Al menos la esperanza estaba fincada con base a dos denuncias ciudadanas que urgían la atención del INAH.

La primera realizada en el km 8.5; y una más, en la Parcela 14, Arroyo del maíz. La primera dada la acción de los arqueólogos Patricia Castillo y David Andrade, logran identificar y notificar al Instituto la necesidad de la realización de un proyecto de Salvamento Arqueológico en dicha zona. Mientras que las características que han permanecido constantes en Parcela 14, los focos rojos urgieron para que el Instituto comisionara a la Arqueóloga María Eugenia Maldonado para la realización de un rescate arqueológico en esta parcela.

Parcela 14 ha ofrecido datos importantes acerca de las características culturales desarrolladas en este sector por los huaxtecos, asociándoles incluso al periodo Postclásico Tardío (Maldonado; 2013), al menos eso parece indicar la evidencia colectada ahí.

Por último, km 8.5, en la colonia Guadalupe Victoria, dio paso para la realización del “Proyecto de Salvamento Arqueológico km 8.5. Carretera Poza Rica – Papantla”. Las bondades con las cuales se cuenta al tratarse de un Salvamento Arqueológico es que se parte de inicio con un postulado epistemológico que permite un acercamiento a la zona partiendo de la teoría, y ésta conjuga con la praxis una vez iniciadas las labores arqueológicas.

Durante la primera visita fueron colectados tiestos, fragmentos cerámicos, que sugerían la presencia de materiales arqueológicos asociados a la Cultura Tajín. Por tanto, en una fase inicial se sugirió que se tratase de un asentamiento que contuviera elementos asociados a esta cultura.

Ya en la ejecución del proceso de excavación hemos identificado la presencia de dos estructuras de carácter religioso. La Estructura 1, acompañada de un altar; y la Estructura 6. Ambas nos siguen aportando datos valiosos para identificar su asociación cultural debido a un fenómeno de adaptación, uso, abandono, rehabilitación y reutilización de espacios arquitectónicos.

Pero no solo nos enfocamos en las cuestiones de grandes estructuras. También nos enfocamos con detenimiento a la observación de 4 estructuras de carácter habitacional ubicadas en torno a la Estructura 1.

El uso de artefactos propios de una cultura en un periodo específico, son muestra de la carrera tecnológica que emprendió nuestra especie para la adaptación al medio hace mucho tiempo. El registro de estos artefactos, así como de los procesos productivos para la realización de los mismos, además de su identificación dentro de un contexto que nos sugiera su empleo dentro de una actividad específica, conforman el conjunto de evidencia que nos permite asociar un asentamiento a una cultura; así como a una temporalidad determinada.

La colecta de materiales arqueológicos se realiza con base a la disposición natural del suelo, asumiendo que cada estrato corresponde a una temporalidad definida, tomando en cuenta que los estratos superiores son más recientes; y en consecuencia, los profundos, más antiguos (Harris; 1991).

Sin entrar a detalles teóricos. Cabe mencionar que los asentamientos humanos permanecen dinámicos en cuanto es indispensable el uso de estos. Los procesos de uso y mantenimiento, además de las adecuaciones y ampliaciones que pueda sufrir un asentamiento, no se ve finalizado en una sola generación. Tienen que hacer acto de presencia largas cadenas genealógicas para poder observar las últimas vistas que pueden ofrecer los asentamientos. Y aun así, no se encuentran terminados.

La cronología tentativa que hemos manejado para el km 8.5 la realizamos por asociación, con base a los materiales arqueológicos identificados durante el proceso de excavación. Es indispensable señalar que se ha identificado la presencia de dos estratos en el subsuelo.

La superficie y capa I, han presentado fenómenos similares en cuanto al registro de elementos e intrusiones conjugadas en ellas. Y la capa II con una recurrencia en cuanto a evidencia que inferimos se trate de una temporalidad uniforme.

Superficie y capa I como hemos mencionado anteriormente, han presentado tiestos cerámicos que sugieren la presencia de materiales asociados a la Cultura Tajín, así como elementos que son indicadores de la presencia de los huaxtecos en la región. Pero la gracia no termina con este dictamen.

Yendo al punto de manera concreta, ¿qué elementos, o tipos cerámicos, se identificaron en el análisis de materiales del km 8.5?

Con base a un proceso de acumulación de experiencia sensible, además de la unificación de criterios de análisis en la región Centro – Norte del Estado, además de contar con una aprobación por parte de especialistas en el tema como la Dra. Annick Daneels y la Dra.

Yamile Lira (2012), resaltamos que estos ejercicios cobran importancia debido a que se retoman después de 20 años en que habían permanecido en una prolongada pausa no se diga en El Tajín, sino en la región completa.

Ahora bien, basados en los grupos cerámicos establecidos para El Tajín (Lira; 1991), hemos organizados nuestros materiales enfocando nuestros esfuerzos por identificar los tiestos asociados a esta cultura en un primer momento (Juárez; 2013). Dichos grupos obedecen al siguiente orden.

Grupo I. Cerámica de pasta burda.

Grupo II. Cerámica con acabado pulido

Grupo III. Cerámica de pasta burda con decoración

Grupo IV. Utilitaria. Comales.

Grupo V. Cerámica de pasta fina.

Como una regla determinada, los tipos cerámicos identificados en nuestro análisis y que son asociados a la Huaxteca se integran de manera provisional al Grupo V, siendo las más reconocidas las pastas finas de coloración crema1. Aunque llevamos un esfuerzo continuo en los últimos años por considerar a las pastas finas de coloración anaranjada también como propias de esta cultura (Juárez; 2014).

Si bien administramos los tipos cerámicos con base a los mismos grupos establecidos para una región específica como lo es la zona de influencia de El Tajín. Sabemos y reiteramos la diferencia temporal que existe entre algunos de ellos. Sobre todo cuando se trata de los materiales asociados al Grupo V.

Tratando dos tipos cerámicos del Grupo I. De acuerdo a los análisis realizados en El Tajín, Fogón burdo se encuentra caracterizado, entre otras cosas, por una aplicación de engobe color rojo o anaranjado al interior de la pieza2, siendo estas vasijas de carácter doméstico.

Cazuelas y grandes cajetes de bordes convergentes (Krotser; 1973). Este tipo cerámico se asocia al periodo Clásico Tardío (600 – 800 d.C.), aunque logra incursionarse al postclásico temprano (800-1200 d.C.).

Ahora bien, el tipo Anaranjado doméstico, antes difícil de identificar por la ambigüedad con que se describía3, han sido identificados tiestos considerados diagnósticos a partir de observaciones realizadas a los análisis de materiales realizadas en el marco de los mega proyectos de los años 80´s en El Tajín, así como de ilustraciones observadas en los análisis de materiales en el Totonacapan (Medellín; 1960). Todo esto lo hemos contrastado con nuestra información regional.

De lo anterior desprendemos: asas planas sobre cuello de olla. Las cuales partiendo del cuello se encuentran en los costados con la sección exterior del cuerpo de las mismas. A su vez, asas planas de cazuela dispuestas sobre los bordes. Por último, bordes de piezas curvo-convergentes, y vasijas de borde redondeado ligeramente curvo al exterior. Siendo estas secciones registradas de manera regular cuando se trata de contextos asociados a la Cultura Tajín (Juárez; 2013), pertenecientes al Clásico Tardío – Postclásico temprano (800 – 1200 d.C.).

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Grupo II y Grupo III, tipos Terrazas Lustroso y Bandas Ásperas, respectivamente, presentan tiestos cerámicos característicos del clásico tardío, aunque algunos ceramógrafos se han arriesgado a considerar a bandas ásperas como propios del clásico
medio. La densidad con la cual hemos registrado tiestos asociados al tipo Bandas ásperas asciende a una cantidad superior a los mil quinientos tiestos, 35.73% del total de nuestra muestra. Siendo el tipo cerámico más abundante en nuestra muestra.

Ambos materiales han sido considerados para el periodo Clásico tardío – Postclásico temprano (800 – 1200 d.C.).

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Obviando al grupo IV, además de ser escaso, obedece a un solo tipo específico de vasija.

No nos detendremos a su explicación. La cual aún sigue observándose en un contexto regional.

Por último, tratando al grupo V, encontramos materiales asociados al periodo tardío de El Tajín, aunque ya influenciados por la región centro del Estado. Así como una amplia densidad de intrusiones foráneas. Las cuales han obedecido a un 100% de materiales huaxtecos.

Tabuco Negro sobre naranja. Así como el Polícromo Huaxteco y Negro sobre Blanco Huaxteco, han sido tiestos cerámicos propios de la región huaxteca. Así lo hace constar su presencia en Tamtok (Stresser Pean; 2000) (Stresser Pean; 2005). En el sur de Tamaulipas (Ochoa; 1990). Norte del Estado de Veracruz (Maldonado; 2013). Así como característicos de épocas tardías en el Centro ceremonial de Tabuco en Tuxpan (Lagunes; 1987), (Juárez y Velásquez; 2013).

Además de estos tipos cerámicos, hemos identificado secciones de vasijas que resultan propias de la región huaxteca. Cuerpos de vasija cuya configuración es ondulada; cuerpos de vasija de silueta compuesta angular; así como una gama de decoración que resulta habitual su registro en la región huaxteca, tales como triángulos concéntricos y distribución de líneas horizontales y decoración alusiva a Venus al interior de platos.

Si bien algunos de estos tipos cerámicos han logrado ser registrados para temporalidades tempranas como algunos tiestos pertenecientes al tipo Tabuco Negro sobre naranja. Otra parte de este, siendo un fenómeno de larga duración su presencia para esta cultura, así como el resto de los tipos cerámicos presentan una fuerte asociación al postclásico tardío (1200 – 1521 d.C.).

El km 8.5, presenta un fenómeno de una incesante ocupación que se efectuó en un amplio periodo temporal. Con una primera ocupación que nos habla de su presencia durante el auge y apogeo de El Tajín en el Clásico tardío y postclásico temprano. Narrada a partir de la construcción de una plataforma de desplante para un templo, así como la construcción de éste; y la construcción de al menos 3 casas formando una unidad.

Noqhla sobrevive a la decadencia de El Tajín y nos habla de la llega de los huaxtecos y su establecimiento. Así como de la construcción de una estructura circular a su usanza (Estructura 6). La llegada de una nueva ideología marca los destinos de este lugar en el cual se desarrollan nuevos procesos económicos. Así mismo, se configuran cambios, como los que sufre la Estructura 1, cuya reorientación se puede observar en un pequeño desfase que existe en cuanto a la orientación con respecto a la plataforma donde se desplantó.

Noqhla, así mismo narra la historia de este pueblo. El que se asienta en la cuenca del río Cazones. Desde su desarrollo por allá del año 800 d. C., hasta su caída producto de la llegada de los españoles a Mesoamérica. Nos habla de 1200 años de historia incesante sin salir de este pequeño polígono.

En Poza Rica no somos un pueblo nuevo. Es un municipio joven en términos de política moderna. Pero somos herederos de una Cultura milenaria. Aquí se encontraron dos tiempos diferentes. Dos culturas antagónicas. Configuraron lo que hoy somos.

En cuestiones de identidad seguimos siendo los mismos: Una base medular para entender las dinámicas económicas en esta sección del Golfo de México a lo largo de su historia.

Tierra de los que ya estaban. De los que llegamos. De los que están por venir. Tierra de todos. Simplemente, tierra de Encuentro. Huaxtecos y Totonacos.

Poza Rica de Hidalgo

Martes 20 de mayo de 2014

4:00 pm

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1
Cabe mencionar que los tipos cerámicos identificados en los materiales colectados en Parcela 14, se tratan de esta pasta a la cual hacemos mención. Se observó en una de las vasijas asociadas al entierro conocido como “Miguelita”, identificada como cuerpo en forma de gajos en San Luis Potosí (Stresser Pean; 2005); y como Tabuco Ondulado para Tuxpan (Juárez y Velásquez; 2013). Los tipos cerámicos identificados en el análisis de materiales en el marco del proyecto de salvamento arqueológico km 8.5 son los siguientes.

*Artículo publicado por el autor en su cuenta de facebook: Cide Benengeli

En el que además dice “Les comparto una vez más el artículo “Poza Rica: ¿Huaxtecos o Totonacos?” Ya que si todo sale bien y tendremos zona arqueológica. Lo que sigue es sembrar Identidad. Y esto será un proceso aún más largo. Así que cada paso, por más pequeño que sea… contribuye. Al menos es la intención”.

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