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Los presidentes de 11 países sudamericanos celebran el martes una cumbre en Brasilia para retomar el diálogo con vistas a limar asperezas e identificar denominadores comunes que permitan reactivar la integración en la región.
La reunión de mandatarios de los países de América del Sur, que tendrá lugar en el Palacio Itamaraty, fue convocada por el presidente izquierdista brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva, quien intenta afianzar su liderazgo regional luego de su regreso al poder en enero.
Asistirán los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acude Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros.
Los dirigentes procurarán identificar un conjunto de iniciativas de interés inmediato en las áreas de salud, combate a los delitos transnacionales, defensa, integración física y transición energética, indicó el gobierno brasileño.
El presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, dijo a periodistas a su llegada a Itamaraty que la cita “tiene que ver con clarificar” el papel que tiene la región en un mundo atravesado por distintas crisis. “Supone debatirlo, llegar a consensos y buscar una voz unificada de Latinoamérica en el mundo”.
“No se trata de pelear con el mundo, sino de superar problemas del mundo”, subrayó Petro, quien destacó los avances que se podrían lograr con “la interconexión eléctrica de toda América y el cambio de deuda pública por acción climática, que sería el primer gran salto hacia delante en una verdadera lucha contra la crisis climática, que es el verdadero problema de la humanidad”.
Luego de una reunión bilateral la víspera, Lula y su par venezolano Nicolás Maduro instaron a que la cumbre no saque a relucir las diferencias ideológicas entre los distintos gobiernos, sino que ayude a encontrar intereses comunes.
La definición de una agenda de objetivos se topa con las distintas necesidades y realidades de los países, algunos de los cuales sufren crisis políticas y económicas o mantienen desacuerdos.
La convocatoria regional se produce cuando fuerzas de izquierda y centroizquierda gobiernan en varias naciones y la derecha es gobierno en otras o asoma como una alternativa política, lo que podría dificultar el intento de mejorar la cooperación.
Lula convocó a la cumbre un mes después de anunciar en abril la reincorporación de Brasil a la Unasur, el foro que ayudó a crear en 2008 junto a otros colegas izquierdistas y del que una década después su antecesor, el derechista Jair Bolsonaro (2019-2022), se alejó por considerarlo inútil y abocado a arropar al populismo en Venezuela.
Colombia, Chile, Paraguay, Argentina, Ecuador y Uruguay fueron otros países que suspendieron entre 2018 y 2020 su participación en el bloque argumentando que estaba basado en alineamientos político-ideológicos y carecía de una secretaría operativa.
Según la perspectiva de varios países, esta no es una cita para reflotar Unasur, sino que busca poner el acento en la cooperación en áreas específicas y avanzar en términos flexibles y pragmáticos.