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Inicia la cuenta regresiva para admirar la exposición Amazônia, resultado de siete años de experiencias humanas y expediciones fotográficas por tierra, agua y aire, de Sebastião Salgado, en la mayor selva tropical del orbe. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), invita a aprovechar su última semana de estancia en nuestro país.
Desde su apertura, el 7 de febrero de 2025, y hasta el 27 de abril, la muestra ha sido vista por 152,123 visitantes del Museo Nacional de Antropología, quienes se han asombrado por la cultura y el ingenio de los pueblos que habitan dicha geografía, sus misterios, su fuerza y su incomparable belleza, retratados por la lente y la sensibilidad del fotógrafo brasileño.
En palabras del propio Salgado, y su cómplice de andanzas, su esposa, Lélia Wanick, estas imágenes “son un testimonio de lo que todavía existe, antes de que acabe por desaparecer. Para que la vida y la naturaleza superen el exterminio y la destrucción de los seres humanos de todo el planeta, estamos obligados a participar en su protección”.
En una conversación con el escritor Juan Villoro, el fotoperiodista narró que sus males físicos fueron curados por la ecología. Luego de restaurar el ecosistema de la hacienda que heredó de sus padres, en el estado de Minas Gerais, se embarcó en una travesía de siete años.
“Ha sido una cosa fantástica. El más grande viaje que he hecho ha sido dentro de mí. De descubrir que yo soy naturaleza, que soy una especie animal más, entre miles de especies animales, además del mundo vegetal y mineral”, dijo emocionado a su entrevistador.
Un trabajo titánico, para un vasto territorio que comprende nueve países sudamericanos (60 por ciento localizado en suelo brasileño), donde habitan 188 grupos étnicos, de los que 114 no han tenido contacto con el exterior. Es gracias a la impenetrabilidad de la selva, que estos pueblos han podido conservar sus formas de vida tradicionales, durante siglos.
Como señalan Salgado y Wanick, curadora de la exhibición, la selva amazónica es el único lugar del mundo donde el sistema de humedad del aire no depende de la evaporación de los océanos: “cada árbol actúa como un aireador, distribuyendo cientos de litros de agua al día en la atmósfera, creando ‘ríos aéreos’, incluso más voluminosos que el río Amazonas”.
“Las imágenes de satélite muestran invariablemente una selva tropical cubierta, en gran medida, por las nubes. Si un día lográramos ver la selva desde el espacio, esto significaría que los ríos aéreos han desaparecido, con consecuencias catastróficas para la Tierra”, advierten ambos.
La Amazonía está sometida, especialmente en sus fronteras, a una constante depredación de su biodiversidad. Cada año, decenas de miles de explotaciones agrícolas amplían su superficie, devoran el bosque y destruyen, poco a poco, los territorios indígenas colindantes.
De acuerdo con el autor, al día de hoy se ha perdido el 18 por ciento de la Amazonía; sin embargo, en sus imágenes quiso mostrar el 82 por ciento de este paraíso que sigue vivo. Además, por primera vez, se exhiben registros de las montañas de la región, como el Pico la Neblina, que representan las más grandes elevaciones naturales de Brasil, las cuales, debido a su difícil acceso, son poco conocidas.
Las 230 fotografías que se despliegan en el Museo Nacional de Antropología permiten adentrarse en los bosques, ríos y montañas, así como en la vida cotidiana de las comunidades originarias que habitan dicho ecosistema. Horario: martes a domingo, de 9:00 a 18:00 horas. Entrada libre.
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