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Desde hace un año, en la edición de los martes de La Jornada Maya, las y los lectores de la península de Yucatán han encontrado un espacio en el cual redescubrirse, a través de los múltiples aspectos y expresiones de su patrimonio cultural y natural, en la columna Cauces del tiempo, que la representación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán ha consolidado como un importante órgano para difundir su quehacer.
A propósito de su primer aniversario, el cual ha redituado en más de 50 artículos de temas diversos, la directora del Centro INAH Yucatán, Anna Goycoolea Artís, y la coordinadora del proyecto editorial, María del Carmen Castillo Cisneros, suscribieron una entrega en la que reiteran el objetivo principal de este espacio: “conectar el conocimiento académico con el día a día, explicando cómo la antropología ilumina temas locales, como la identidad cultural, las tradiciones o las problemáticas sociales, acercando a las y los lectores a comprender su propia comunidad y su historia”.
Cada artículo de Cauces del tiempo, continúan, “ha sido una ventana para conocer el esfuerzo, la dedicación y la riqueza de saberes que muchas veces suelen pasar desapercibidos. Nos hemos dado la oportunidad de conocernos mejor como ciudadanos, compartiendo estudios que, en ocasiones, quedan relegados en estantes y anaqueles, aunque contienen la esencia histórica y cambiante de nuestro pasado y presente”.
Entre esas temáticas “soterradas”, por ejemplo, están las “Heroínas anónimas de la Revolución Mexicana”, “La historia detrás del Palacio Cantón”, “Los niños expósitos del siglo XVIII: el caso de Izamal”, “Abusos y edictos: los inicios de la colonización” o “Las enfermedades de los mayas antiguos”, así como la revisión de personajes históricos, como Felipe Carrillo Puerto, cuyo centenario luctuoso conmemoró el Gobierno de México, este 2024.
Como recuerda Castillo Cisneros, la titular del Centro INAH Yucatán, Anna Goycoolea, inauguró la columna periodística con una reflexión sobre los 50 años de esta representación estatal del instituto, organismo de la Secretaría de Cultura federal; sin embargo, no solo sus especialistas en antropología física y social, arqueología, historia, conservación-restauración y museología han tenido la oportunidad de verter sus conocimientos en las páginas, sino también detentores de saberes comunitarios.
La antropóloga social refiere que, a lo largo de este año, se ha realizado una labor para concienciar a la comunidad académica, acostumbrada a la redacción de textos de carácter científico, de utilizar lenguaje más claro y sencillo, con el fin de aterrizar sus temas de investigación al interés del lector común. Se trata de cumplir, además, con una de las misiones que tienen como servidores de una institución pública, la divulgación para todo tipo de público.
Asimismo, para visibilizar el trabajo de los detentores del patrimonio, “mediante pláticas y entrevistas hemos construido textos en conjunto. Además, se han tratado las maravillas que se hallan en la biblioteca del Centro INAH Yucatán, o cómo se realizan las réplicas de estuco que el visitante puede apreciar en los museos arqueológicos de la entidad”.
Cada martes, los lectores de Cauces del tiempo experimentan los sentidos implícitos en su título, con viajes de ida y vuelta por la historia y el espacio. Por ejemplo, han descubierto la persistencia y resistencia de la cultura maya, ya sea a través de una reseña de la exposición Ídolos, que trató la continuidad de sus creencias y su memoria, antes y después del auto de fe de Maní, de 1562; así como las prácticas de las Xmeeno’ob (especialistas rituales), y de quienes preservan las semillas nativas y los cenotes, con ceremonias como el Jets’lu’um.
María del Carmen Castillo señala que, entre los temas más “taquilleros” se encuentran los arqueológicos, yendo de los hallazgos en el Cuartel de Dragones, en Mérida, “El conejo de la luna en Chichén Itzá”, al descubrimiento de la mujer más antigua de América: Naia (13,000 años a.p.), en una de las cuevas sumergidas de Tulum, en Quintana Roo.
“Gracias a iniciativas de difusión y divulgación como esta contribuimos a cambiar la percepción sobre el INAH. La ciudadanía suele verlo como una instancia que les prohíbe construir o modificar en su vivienda histórica, o destruir montículos dentro de sus parcelas, etcétera. No obstante, contar con un espacio de comunicación permite explicar de forma masiva lo invaluable de este patrimonio construido, y abrir el abanico de las múltiples ocupaciones que lleva a cabo la institución a favor de todos”, refirió.
Cauces del tiempo “llega a cada hogar yucateco, uniendo a quienes la leen en una curiosidad compartida por comprender el mundo que habitamos. Con cada texto y el deseo de hacer de la antropología una herramienta accesible, el Centro INAH Yucatán aporta un pequeño pero valioso grano de arena para construir una península cada vez más fortalecida, de la cual todos, como aprendices, podamos sentirnos profundamente orgullosos” finalizó.
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