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Con ímpetu sonoro, a ritmo de zarzuela, vals y danzón, la Orquesta Sinfónica de Cuanalán, integrada por talentosos jóvenes de Acolman, Estado de México, cerró ayer, 19 de abril de 2024, el tercer día del INAHfest: “Teotihuacan, presente imperfecto. Diálogo de saberes”, en que los habitantes del valle, llevaron la voz cantante para abordar las oportunidades y retos que enfrentan para emprender proyectos que visibilicen a sus comunidades, más allá del atractivo de las pirámides.
Bajo la batuta del director Alejandro Sánchez Rodríguez, los músicos deleitaron con la interpretación de La noche del encierro, de Gerónimo Giménez, el Vals no. 2 de Dimitri Shostakovich y el Danzón no. 2 de Arturo Márquez, entre otras obras, al nutrido público que se dio cita en el Museo de Murales Teotihuacanos “Beatriz de la Fuente”, en la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), para pasar la velada.
Fue el cierre idóneo de la tercera jornada del INAHfest, encuentro académico y artístico que realiza la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en que el micrófono estuvo abierto a hombres y mujeres dedicados a la promoción cultural o que han emprendido negocios, convencidos que las poblaciones de los municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides, tienen mucho que ofrecer.
Consideraron necesario generar experiencias significativas en dos sentidos: para los turistas, un sector diverso en sí mismo, pero quizás más importante, para los propios habitantes, con énfasis en las y los niños que, pese a tener la zona arqueológica a escasos kilómetros, no la visitan, al igual que antiguos barrios como Tetitla, Atetelco, Tepantitla, etcétera, que incluso están en su camino a la escuela.
Esta tarea, dijo Noé Pineda Pérez, artesano y microempresario del barrio de Purificación, debe ir de abajo hacia arriba. Los padres de familia tienen la obligación de llevar a sus hijos e hijas al sitio, y hacerlo un paseo entrañable; en tanto, los maestros deben ir más allá de los escasos párrafos dedicados a Teotihuacan en los libros de texto, para hacerles entender que se trató de una sociedad compleja que enfrentó problemas similares a los de hoy en día.
En la mesa de debate “Teotihuacan visible e invisible”, en la que dialogaron miembros del colectivo “Teotihuacan, presente imperfecto” y vecinos, planeó la cuestión del porqué, a diferencia de lo que ha pasado en otras regiones, su valle no ha terminado de despuntar. Aunque muchos subsisten de la venta de artesanías en la zona arqueológica, no existe derrama económica para las poblaciones, vía el turismo.
El filósofo y emprendedor Oswald Nava expuso una realidad: “Con Teotihuacan pasa algo peculiar, y es que no ha „ganado‟ la dignidad de destino por sí mismo, porque se le considera un adjunto de Ciudad de México. No ha tenido un desarrollo autónomo en su totalidad, aunque iniciativas como los paseos en globos aerostáticos, han abierto oportunidades a su economía”.
Abundó que los visitantes de otros estados y países, suelen adquirir paquetes turísticos en la Ciudad de México, los cuales incluyen un recorrido por la zona arqueológica, después de visitar la Basílica de Guadalupe. El trayecto se limita al sitio; una vez finalizado, suben a los autobuses y emprenden el regreso a la capital, sin haber puesto un pie en los municipios circunvecinos.
En ese sentido, aunque Teotihuacan y San Martín de las Pirámides, están considerados dentro del programa “Pueblos Mágicos”, que busca detonar la economía local a través del turismo, aún no han experimentado del todo sus beneficios; no obstante, sus costumbres y el propio espacio, permanecen a salvo de la banalización y la gentrificación. Por eso, “estamos a tiempo de corregir el rumbo, y no caer en la problemática de lugares como Tepoztlán y Tulum, si apostamos por la gobernanza”, consideró Oswald Nava.
Bajo esta lógica de diversificar la economía, y desde la autogestión enraizada en la cultura, surgen proyectos que acercan la vida y arte comunitarios, a los visitantes. Un par de ejemplos son las empresas familiares Quetzalbus y Taller de Obsidiana, cuya visión fue dada a conocer en el marco del INAHfest.
Para la coordinadora de Quetzalbus y promotora cultural de San Sebastián Xolalpan, Maribel Galicia Guerrero, subirse a este camión panorámico tipo tranvía, representa un acercamiento directo a los citados pueblos mágicos, al Museo de la Obsidiana, a los talleres de artesanos y a las cuevas circundantes, extendiendo el panorama a los visitantes, quienes conviven con los teotihuacanos de hoy.
Por su parte, mediante la innovación, los hermanos Topacio y Gerardo Cuevas Campos, llevan la tradición lapidaria en obsidiana de Teotihuacan, a nivel nacional e internacional. El Taller – Casa Obsidiana, en San Martín de las Pirámides, ha devenido en hogar de lo mejor del diseño gráfico e industrial — teniendo como materia prima el vidrio volcánico–, así como de las voces de lugareños a través del podcast “Piedras Negras”.
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