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Desde “el lugar donde fueron hechos los dioses”, cerró con éxito una edición más del INAHfest

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Bajo el cobijo de la lluvia prodigada por los dioses antiguos, y con un magistral abanico artístico que abarcó desde caravanas circenses hasta temas como Bésame mucho, de Consuelo Velázquez, o el Huapango de José Pablo Moncayo, adaptados al ballet clásico, este sábado 20 de abril de 2024 se bajó el telón del INAHfest: “Teotihuacan, presente imperfecto. Diálogo de saberes”.

El evento, que por primera vez se realizó en la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), teniendo al Museo de Murales Teotihuacanos “Beatriz de la Fuente” como su sede, transcurrió del 17 al 20 de abril, cuatro días en los que cerca de 1000 visitantes disfrutaron de charlas, conferencias, talleres, muestras gastronómicas, música, cine, presentaciones editoriales y exposiciones.

Los resultados, apuntó el encargado del Departamento de Museos y Comunicación Educativa de la ZAT, Jesús Torres Peralta, durante la clausura oficial del festival, “rebasaron mis expectativas en todo sentido y se comprobó que, sumando voluntades, se pueden hacer muchas cosas. Las comunidades aledañas están muy interesadas en continuar con este ejercicio.”

En sintonía con ello, el filósofo y activista Oswald Nava, representante del colectivo Teotihuacan, presente imperfecto, encomió la valía que tuvo invitar tanto a voces coincidentes como a voces provocadoras.

“Una apertura así es necesaria cuando lo que hay es un reto identitario y cuando estamos buscando quiénes somos, en especial si tenemos en frente una zona arqueológica como esta, que aún guarda varios misterios”, declaró.

El objetivo, coincidieron, fue acercar a dichas voces con el INAH, reconocer que no hay actores únicos en la conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural, sino que hay otros protagonistas que tienen su propia perspectiva sobre el sitio y el territorio del Valle de Teotihuacan.

Nos interesaba, señaló Jesús Torres Peralta, “abrir los micrófonos a los pobladores, y visibilizar que hay creativos, prestadores de servicios, artesanos y toda una serie de gente que vive alrededor de la zona arqueológica y que se ve impactada por ella”.

Tras agradecer al personal de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH que apoyó a la realización del evento, en conjunto con los trabajadores, custodios e incluso prestadores de servicio social de la ZAT, los panelistas hicieron hincapié en el valor que encuentros como el INAHfest tienen para sembrar semillas de curiosidad y de inspiración entre sus asistentes.

La ZAT es un ícono de México, apuntó Torres Peralta, sin embargo, los pueblos que la rodean no siempre la reconocen como parte de su historia, “la ven como algo aparte y, por ello, usamos este foro para promover la preservación de la historia, los monumentos y las tradiciones que nos dan identidad”.

Como parte de las actividades de clausura, se presentó el libro Tradición escrita, tradición oral. Estudios de lenguas de Mesoamérica, del siglo XVI al XXI (2022), el cual aborda la importancia de rescatar las lenguas indígenas mexicanas, y expone cómo, a partir de su estudio y análisis, es posible generar nuevos conocimientos antropológicos.

La novedad editorial, señaló la profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Laura Rodríguez Cano, una de las autoras del texto, reúne dos ramas antropológicas: la etnohistoria y la lingüística, disciplinas con las que se analizan y rescatan lenguas originarias de Puebla, el Estado de México, Oaxaca y el sureste de nuestro país.

A través de documentos novohispanos y de las tradiciones orales que se conservan en dichas regiones, se analizan lenguas como el nahua, mazateco, zapoteco, mixteco, maya, ngiwa y cuicateco.

En su intervención, Valentín Peralta Martínez, adscrito igualmente a la ENAH, resaltó que las lenguas mesoamericanas deben alejarse de los estereotipos y considerarse idiomas en su sentido más amplio, debido a que, así como el inglés, francés o el propio castellano, cumplen una función comunicativa.

Este tipo de publicaciones, concluyó, contribuyen no solo a preservar estos idiomas en peligro de desaparición, sino que incentivan a las futuras generaciones a seguir investigando el legado de nuestros antepasados desde la lingüística y la oralidad, recursos con alto valor histórico y antropológico.

En la presentación, también se contó con la participación de Rodolfo Rosas Salinas y Aquetzalli Mora Jiménez, coautores en la obra colectiva.

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