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Dolor, sudor y gusanos de arena en “Dune 2”

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Timothée Chalamet y Austin Butler tenían muchas ganas de pelear.

Los actores habían entrenado, por separado, con un instructor de eskrima en Los Ángeles para prepararse para el enfrentamiento culminante entre Paul Atreides y Feyd Rautha en “Dune: Part Two”, o “Duna (parte dos)”, de Denis Villeneuve. Cuando finalmente se conocieron en Budapest, ni siquiera se suponía que iban a hacer una prueba. Pero no podían ocultar su emoción.

“Lo buscamos de inmediato”, dijo Chalamet.

Todos en el elenco se emocionan un poco al hablar de esa pelea. Fue un espectáculo ver a Butler y Chalamet hacerlo todo ellos mismos, un par de veces, en tomas casi continuas para las tomas amplias.

“Se sentía como estar entre bastidores antes de salir al escenario o algo así, esa increíble intensidad que sientes. Y entonces dicen ‘¡acción!’. Y nos pusimos a trabajar”, dijo Butler. “Ese es el momento de la verdad en el que quieres dejarlo todo en el campo”.

Pero también fue la rara ocasión en la que la mayoría del elenco, incluidos Zendaya, Florence Pugh, Josh Brolin, Stellan Skarsgård, Christopher Walken, Charlotte Rampling, Rebecca Ferguson y Javier Bardem, estuvieron juntos en la misma habitación.

Pugh, quien se integra al mundo de “Dune” como la hija del emperador, la princesa Irulan, describió la atmósfera en la habitación como una “energía efervescente que sólo en ese momento, esperas, puede crear grandeza”.

Darlo todo no sólo era el objetivo de Butler en la pelea. Parecía ser el principio rector para todos los que tuvieron la oportunidad de regresar a Arrakis para la “Dune: Part Two” que se estrena el 29 de febrero (1 de marzo en Estados Unidos). La secuela no había sido un hecho y dependía del éxito de la primera parte, que tuvo sus propios retos al estrenarse simultáneamente en Max (antes HBOMax) y en cines.

A Chalamet le preocupaba que se quedara incompleta. Otros actores, como Zendaya quien interpreta a Chani, una guerrera Fremen y enamorada de Paul y Dave Bautista, quien da vida al matón Harkonnen Beast Rabban, apenas habían arañado la superficie de sus personajes en “Part One”.

“Esa incertidumbre era incómoda”, dijo Bautista. “Mi recompensa por el personaje fue en la segunda película”.

El tiempo entre las películas le dio a Zendaya y Chalamet un respiro para establecer una verdadera amistad entre ellos, antes de que sus personajes tuvieran que enamorarse en la “Parte Dos”.

“Lo que aprecio de la historia de amor es que se debe luchar por ella”, dijo Zendaya. “Hay que derribar un muro de verdad”.

Pero fue un alivio obtener el visto bueno oficial, incluso si sabían que les esperaba mucho sudor e incomodidad para dar vida a este ambicioso y visionario mundo de ciencia ficción, con muchas más escenas de acción.

“Es un trabajo agotador que me gusta personalmente”, dijo Brolin, quien regresa como Gurney Halleck. “A menudo me gusta desafiar mi idea de comodidad”.

Algunos se sintieron más intimidados por regresar al set, como Skarsgård, quien sabía que una vez más tendría que soportar ocho horas completamente quieto para convertirse en barón Harkonnen. Su caracterización incluye un chaleco refrigerante y más de 36 kilogramos (80 libras) de traje de goma que dificultaba el movimiento y hacen imposible ir al baño.

“No estaba tan emocionado porque pensé en esas horas de maquillaje”, dijo Skarsgård. “Pero, por otro lado, me encanta el personaje, no porque esté retratado psicológicamente de manera muy elegante, sino porque logramos crear una presencia… Se le utiliza en muy pocas escenas, pero aún así se cernirá sobre toda la película como algo peligroso”.

Algo para lo que no estaba preparado era Butler como el sobrino “psicótico” de su personaje, Feyd Rautha. Butler tuvo la idea de modelar su voz a partir de la de Skarsgård.

“Es un detalle gracioso”, dijo Skarsgård. “Pero entonces, Dios, estaba afilado como una navaja. Es como una serpiente. Fue fantástico verlo”.

Butler también se transformó para interpretar a un personaje que Villeneuve describió como “un cruce entre un maestro de la espada y Mick Jagger”. Eso le llevó unas tres horas de peinado y maquillaje, y una al final del día para retirárselo.

“Es un verdadero regalo como actor cuando te miras en el espejo y no te ves a ti mismo”, dijo Butler. “Sabía que tenía mucha libertad para jugar”.

Para Pugh, fue un “sueño” presenciar la escala de los sets y ser parte no sólo de una experiencia transformadora, sino también “estar rodeada de tanta dedicación, amor, pasión y talento”.

Al igual que la mayoría de sus compañeros, Pugh dijo que estar en esa sala durante la toma de la pelea entre Chalamet y Austin Butler fue un punto culminante de su carrera.

“Fue impresionante”, dijo Brolin. ”(Estos eran tipos que) realmente ensayaban, que realmente lo hacían, que se lastimaban a sí mismos, que se caían… Dices: ‘Sí, esto es de la vieja escuela’”.

Brolin quedó particularmente impresionado con el elenco joven, ninguno de los cuales se apoyó en su celebridad, dijo.

Por supuesto, en el corazón de “Dune” está Chalamet, un actor que solo tenía 23 años cuando hizo el primer filme. Había sido nominado a un Oscar y rápidamente se estaba estableciendo como el próximo gran astro de cine. Pero era la primera vez que llevaba a cuestas una producción de esa escala.

Para cuando regresó para comenzar la producción de “Dune: Part Two”, sólo unos años después, la diferencia era sorprendente: al igual que su personaje, Paul Atreides, también había crecido.

“Era como un niño pequeño y no lo escondía. Él dice: ‘¿Qué es esto? ¿Qué hacemos? Dios mío. Tan grande. Tantas cámaras’”, dijo Brolin entre risas. “Y ahora mismo está exactamente donde debería estar”.

Chalamet es modesto al respecto, riéndose de que no era “más que un niño” en la primera película y en el ínterin creció algo. Pero todos a su alrededor notaron el cambio.

Bautista estaba particularmente impresionado por su dedicación a un programa de entrenamiento y alimentación para transformarse en un luchador convincentemente poderoso (y jinete de gusanos de arena).

“Sé que entrenó duro porque quería verse bien”, dijo Bautista. “Literalmente pasa de ser un niño a ser un hombre, como lo indica la segunda película”.

Villeneuve estaba seguro de que lo conseguiría, pero aún así se sentía un poco aliviado de que todo funcionó como lo había imaginado.

“Timothée había aprendido mucho de cine entre ambas películas”, dijo Villeneuve. “En ‘Part One’ fue la primera vez que estuvo en una película de esa escala, rodeado de muchos comienzos. Pero en la segunda parte era él quien lideraba. E hizo un tremendo trabajo al dar vida a la tragedia de Paul”.

“Dune: Part Two” es el tipo de acontecimiento cinematográfico del cual el elenco parece genuinamente (y no sólo contractualmente) emocionado de ser parte y ver en la pantalla grande, un espectáculo propulsor y lleno de acción que seguramente complacerá a cualquiera que se quejó de que la primera entrega fue demasiado meditativa.

“Es contar historias. Es el corazón. Es visualmente impresionante. La banda sonora es increíble”, dijo Bautista. “Es una película especial y no aparecen (películas así) muy a menudo”.

AP

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