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Ucrania no renuncia a Crimea y exige que Rusia retire sus fuerzas de esa y otras zonas de Ucrania anexionadas más recientemente de forma ilegal por Moscú, afirmó el jueves el ministro ucraniano de Exteriores.
El ministro, Dmytro Kuleba, describió la guerra en Ucrania como “una herida abierta en medio de Europa” y dijo que todo el territorio de su país debe tratarse por igual en los contactos con el Kremlin, 13 meses después de que comenzara la invasión rusa de gran escala.
“Nos unen los principios de la carta de Naciones Unidas y la convicción compartida de que Crimea es Ucrania y regresará a control ucraniano”, dijo Kuleba en declaraciones por videoconferencia en una cumbre en la capital de Rumanía, Bucarest.
“Cada vez que se oye a alguien de cualquier rincón del mundo decir que Crimea es especial de algún modo y no debe devolverse a Ucrania, como cualquier otra parte de nuestro territorio, debe saber algo: Ucrania discrepa rotundamente con estas declaraciones”, dijo en la Conferencia de Seguridad del Mar Negro.
El Kremlin quiere que Kiev reconozca la soberanía rusa sobre Crimea y la anexión el pasado septiembre de las provincias ucranianas de Donetsk, Jersón, Luhansk y Zaporiyia.
Ucrania ha rechazado esas demandas y no entablará conversaciones con Rusia hasta que las tropas de Moscú se retiren de todos los territorios ocupados.
Aunque no hay indicios de posibles conversaciones de paz, los dos países han intercambiado prisioneros de guerra de forma esporádica y participan en un acuerdo de guerra para exportar tanto grano ucraniano como grano y fertilizantes rusos. Ese acuerdo ha ayudado a aliviar las preocupaciones sobre el suministro global de alimentos, especialmente en países en África, Oriente Medio y partes de Asia donde mucha gente ya pasa hambre.
Pero el acuerdo, negociado el pasado julio por Naciones Unidas y Turquía, es delicado y Moscú ha amenazado con ponerle fin en varias ocasiones.
Rusia acordó el mes pasado ampliar el acuerdo de grano durante 60 días -en lugar de los 120 días de la ampliación anterior- como gesto de advertencia a Occidente.
En la disputa más reciente, el Ministerio ruso de Exteriores dijo el jueves que no habría conversaciones sobre ampliar el acuerdo de grano del Mar Negro más allá del 18 de mayo hasta que se hicieran progresos para resolver lo que describió como “cinco problemas sistémicos” derivados de las sanciones a Rusia por la guerra.
Esos asuntos, según un comunicado del Ministerio, eran reconectar el Banco Agrícola Ruso, una entidad estatal, al sistema bancario internacional SWIFT; reanudar los suministros, servicios y piezas para maquinaria agrícola a Rusia; levantar las restricciones a los seguros y reaseguros y el veto a acceder a puertos; restaurar la actividad del ducto de amoniaco Tolyatti-Odesa, y desbloquear los activos extranjeros y cuentas de compañías rusas asociadas a la producción y el transporte de alimentos y fertilizantes.
Analistas militares indicaron que la contraofensiva ucraniana que se espera para los próximos meses podría apuntar al corredor terrestre entre Rusia y Crimea con la esperanza de dividir a las fuerzas rusas.
Eso sería un gran desafío militar. Las imágenes por satélite muestran que las fuerzas del Kremlin excavan amplias redes de trincheras en la zona entre Ucrania y la península del Mar Negro.
En los últimos meses, los combates se han convertido en una guerra de desgaste en la que ningún bando ha ganado impulso durante el invierno, y a menudo se recurre a los bombardeos de largo alcance.
Al menos cuatro civiles murieron y 11 resultaron heridos en nuevos ataques de proyectiles rusos contra infraestructura civil, según dijo el jueves la oficina presidencial ucraniana.
Las fuerzas rusas habían realizado 32 ataques aéreos, dos ataques de misiles y 40 ataques de lanzacohetes múltiples en las últimas 24 horas, según el ejército ucraniano.
AP