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Pasó de ser una ciudad tranquila a un lugar inseguro.
«Son tiempos de reflexión» dicen los adultos mayores de Papantla cuando una noticia sangrienta llega a sus oídos, con nostalgia recuerdan aquellos años donde en altas horas de la noche la gente podía caminar por la ciudad vainillera en dirección a su hogares sin temor de sufrir o presenciar algún evento como los que actualmente tiñen de sangre nuestras calles.
Algunas personas por la tranquilidad que se respiraba en Papantla, a las afueras de sus hogares por las tarde-noche se sentaban con la familia, saludando a quienes pasaban por las banquetas y calle, unos incluso hasta la media noche, sillones mesedora y un radio era lo que acompañaba a esos papantecos de antaño, no balazos y sonidos de ambulancias.
Cuentan otros adultos no tan añejos, que durante aquellos lejanos años ochenta y noventas, los jóvenes salían de los lugares de diversión nocturna, algunos con algunas copas de más, acompañados de amigos y amigas incluso llegando a sentarse en el parque durante la madrugada, sin temor de ser víctimas de algún suceso, pero hoy eso solo queda en los recuerdos, la situación de inseguridad a perpetrado en lo que en su momento fue una ciudad tranquila.