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Domingo de Ramos, bendiciones con una botella de Gatorade

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Domingo de Ramos, bendiciones con una botella de Gatorade
Domingo de Ramos, bendiciones con una botella de Gatorade

Por: Jazmín Morales Silva

Domingo de Ramos. Es el inicio de la Semana Santa, se percibe la tranquilidad de las calles, en lo solitarias que lucen, el clima agradable, ni frio, ni calor, perece ser un buen día, la gente se encuentra en misa, otros más en la plaza cívica viendo los productos de los artesanos, en el evento de expo venta artesanas.

La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús está abarrotada por los comerciantes que venden las palmas para la ocasión, hay de todos tamaños y colores a 10 pesos la pieza e incluso a cinco pesos «para que se acabe» dice un vendedor, algunos tejen las palmas en el momento otros ya traen las figuras y las palmas secas, en el lugar hay comida, rosas y manojos de manzanilla.

Para las 8:30 horas a mitad de misa el agua bendita empieza a caer, todos los presentes presurosos se acercan para recibir la bendición del podre Johnny que es el párroco que oficia la misa, la iglesia llena en apariencia, pero no como otros años, dice un comerciantes, la gente ahora es más coda, las ventas son bajas sólo sale para el pago de Elecktra dice doña Silvia García entre risas, quien tiene su puesto en las afueras de la parroquia.

Los comerciantes comentan que las ventas ya no son como antes, que incluso la iglesia no esta tan llena de feligreses como anteriormente estaba, pero eso sí los que siempre están en estas fechas son los inspectores de comercio del ayuntamiento que les cobran derecho de piso “pagamos dependiendo el espacio que estemos ocupando” dice uno de los vendedores.

En la iglesia se puede observar a personas de la tercera edad en su mayoría mujeres, jóvenes sólo los del coro de la iglesia y uno que otro niño acompañado por sus padres, que son los que se pararon a misa de 8:00 horas.

Se escuchan cantos mientras las palmas son bendecidas, con voz aguda y con devoción se observa a varias señoras que cantan, niños que arugan la cara en cuento les cae la bendición de agua, que con fuerza, deja caer el sacerdote, agua proveniente de una botella de Gatorade.

Concluye la bendición y continúa la misa, algunos de los asistentes se les puede observar atentos, pero también estaban dos señores y una pareja que no encontraron un mejor sitio para platicar y se hallaban de lo más cómodos charlando, riendo y señalando, sin importarles nada más,. Hasta que el padre los obstaculizó cuando les dijo que se pusieran de pie todos, pero la interrupción fue breve porque la platica continúo.

A fuera de la iglesia se observa a pequeños que están vendiendo palmas para poder llevarse un taco a la boca, también se puede ver a Ángel el niño de silla de ruedas que es llevado por su mamá hasta las puertas de la iglesia para que le den limosna, un viejita junto al pequeño sentada en un banco de madera enredada entre sabanas, quien extendía la mano izquierda con una taza amarilla para ver si alguien le daba una moneda, del lado izquierdo un señor sentado en una silla de ruedas, muy vieja, que apenas y giran las llantas que la sostienen también en su mano un vaso para pedir limosna a los feligreses.

En los pasillos una mujer pregunta a dos señoras, que platicaban cómodamente, que si recordaban lo que había dicho en el sermón el padre porque ella no lo recordaba, una de ellas sonriente le dijo ”cercanía alentadora” para estar cerca de Dios y nos consuele le dice.

La misa concluye con un “pueden ir en paz nuestra celebración ha terminado”. Los presentes se persignan y alzan las manos para la biblia y la cruz de Jesús que varias señoras cargan.

Como pueden van saliendo los católicos de la iglesias, la abuelita, Ángel y el señor esperan recibir una moneda, empiezan a caer poco a poco, de repente no fue una moneda para el niño sino un billete de doscientos que alguien depositó en su latita, algunos les dan una moneda otros ni siquiera lo voltean a ver, aquel pequeño sufrió la parálisis después de una gran fiebre a las 2 semanas de nacido según su madre doña Francisca, que era quien lo acompañaba. tiene que pedir limosna ya que el padre del menor no se hace responsable; “Dios es el único que me ayuda y la gente que me da una moneda” Ángel tiene esperanzas de volver a caminar según los doctores que han valorado su caso.En cuanto tenga su regalo del día de niño en el CRIT, ya que según comenta su madre es el día de su primer terapia.

Después de que la iglesia estaba llena, todos se retiraron con palma en mano y con la bendición que les dio el padre, se observa vacía la iglesia sólo se quedan aquellos ambulantes de las palmas, los católicos que llegaron tarde a la primera misa y les toca esperar la próxima misa de 10:00 para bendecir sus palmas.

 

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