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Poza Rica de Hidalgo

Las posadas en peligro de extinción

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Amenazada por la inseguridad, las nuevas tecnologías de comunicación y la crisis económica la tradición de pedir posadas, nombrada el año pasado como patrimonio inmaterial de la ciudad de Poza Rica, inicia estos días su lucha por la supervivencia.

La tradición de pedir posadas es una de las costumbres más antiguas de la ciudad y aunque no muchos conocen su origen, se relaciona con las festividades religiosas, aunque poseen características distintas.

A pesar de que muchos pozarricenses han participado de esta tradición, no existen muchas referencias a la celebración, apenas la actual administración municipal ha hecho, a través de la página oficial pozaricaveracruz.gob.mx, una breve descripción de Las Posadas.

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 El 14 de mayo de 2012 el cabildo de Poza Rica nombró a esta costumbre como patrimonio inmaterial de la ciudad que consiste en que un grupo de niños armen un pesebre con una caja de zapatos (o de madera), le coloquen heno y salgan a las calles a cantar la letanía de Las Posadas, frente a las puertas de los domicilios de su colonia, a cambio de unas monedas. El dinero se usa para organizar una fiesta el 23 de diciembre.

LAS AMENAZAS

Para la directora de Cultura de Poza Rica, María Esther Patiño Cruz, una de las mayores amenazas que enfrenta esta tradición es la inseguridad que durante las últimas décadas ha afectado a la sociedad pozarricense ya que esta tradición se realiza por las noches y las calles se han vuelto peligrosas para niños de entre seis y 12 años que son quienes salen a pedir posadas.

“Cuando nosotros salíamos a pedir posadas las calles, aunque no estaban pavimentadas, eran más seguras…” ahora es más difícil que los padres permitan a sus hijos salir a celebrar las posadas debido a que pueden ser atropellados o robados, considera.

Para la estudiante de antropología social de la Universidad Veracruzana, Adriana San Martín,  la dlincuencia «viene a cambiar todas las estructuras que hay en la sociedad, ya que ante algo «nuevo» los actores sociales responden de manera distinta.

Es como romper con su esquema tradicional, en cuanto a las posadas quizá disminuya la participación infantil por el » miedo» o riesgo que corren los infantes.

Hay que señalar que la delincuencia siempre ha existido, la diferencia es que ya no todos estamos dispuestos a sufrir versiones quizá un poco más agresivas o violentas como ahora, pero siempre ha habido.».

Hay también otros distractores como los videojuegos que permiten a los chicos permanecer más tiempo en sus casas, opina Marco Antonio Ibarra Rivera, obrero jubilado investigador de temas históricos del sindicato petrolero.

Además, hay otras situaciones que impiden que los jóvenes salir a pedir posadas y es la baja cantidad de dinero que reciben durante su peregrinaje y el poder adquisitivo que se ha perdido pues ya no alcanzan las monedas recolectadas dice Fabiola Guzmán, estudiante de Comunicación de la Universidad de la Huasteca Veracruzana que ha visto disminuir los grupos de peregrinos en su comunidad, en el municipio de Coatzintla y que atribuye a la reducción de las cooperaciones de quienes reciben a los niños con sus cánticos.

Para la estudiante de antropología social, Adriana San Martín la mayor amenaza es que las actuales generaciones ya no transmiten la información a los niños y desestima que éstos no se encuentren interesados en preservar las tradiciones sino que los adultos son quienes en todo caso deben «heredar» este tipo de prácticas para que continúen.

Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, que puede simbolizar los nueve meses de espera de María.

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LAS POSADAS EN POZA RICA

Del 16 al 24 de diciembre se realizan las posadas, 8 días antes de la Navidad, con motivo de conmemorar el peregrinar que realizó la Virgen María con San José, de acuerdo con el evangelio.

La actividad es esperada por los pequeños quienes se reúnen por las tardes con sus hermanos, primos, amigos y vecinos alrededor de las siete de la noche. El grupo camina varias cuadras y va cantando frente a la puerta de cada una de las casas del rumbo, la letanía de las posadas.

El 16 de diciembre deben tener armado un pequeño pesebre con figuras de la Virgen María y San José. Cada niño aporta un muñeco, que pueden ser de barro o plástico e inclusive hay quienes suelen llevar juguetes al no tener las imágenes de los “ santitos”. Estas imágenes se colocan en una caja de zapatos rellena de heno.

Tradicionalmente no se utiliza la figura del niño Jesús, en su lugar se acostumbra colocar un pedazo de algodón.

Algunos coros suelen llevar instrumentos varios, como guitarras, panderos o los armados por ellos mismos: maracas hechas con latas y piedras, panderos de corcholatas y otros.

Regularmente se reúnen en la calle entre dos y diez niños, a veces pueden llegar a ser una docena, pero casi siempre el grupo de amigos se divide en dos o hasta tres equipos para abarcar más territorio, con la intención de obtener también más dinero.

Los grupos pueden recorrer de dos a tres colonias, según la hora que empiecen su peregrinaje o la hora en que concluyan.

Una niña carga el pesebre o portalito (la caja de zapatos con las imágenes de los Santos) y el resto lleva una vela encendida en la mano derecha, inclusive los que tocan los panderos. Todos cantan los tradicionales versos de las posadas.

Los niños pasan a cantar frente a la puerta de todas las viviendas de una calle, salvo en las que saben que no comparten éstas tradiciones.

Los habitantes de las casas escuchan en silencio. Algunos abren las puertas o ventanas para escuchar y ver al grupo, otros permanecen con la puerta cerrada y sólo la abren para depositar una moneda, cuando el canto ha concluido.

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La tradición exige que los niños entonen los cantos de “afuera” y los versos que corresponden al coro:

“En el nombre del cielo os pido posada pues no puede andar mi esposa amada.

No seas inhumano tennos caridad que el Dios de los cielos te lo premiará.

Venimos rendidos desde Nazareth, yo soy carpintero de nombre José.

Posada te pido amado casero por sólo una noche la Reina del Cielo.

Mi esposa es María, es Reina del Cielo, y madre va ha ser del Divino Verbo.

Dios pague, señores vuestra caridad y os colme el Cielo de Felicidad.

Entren santos peregrinos, peregrinos,

Reciban este rincón,

Que aunque es pobre la morada, la morada,

Os la doy de corazón.”

Sin embargo en los últimos años los niños sólo cantan el primer verso o cuando mucho el segundo y el coro. “ Ya no cantan todos los versos y lo único que quieren es que les den una moneda, se queja la directora de cultura del Ayuntamiento, María Esther Patiño.

Una vez que el grupo ha concluido el canto esperan la moneda, si el casero se tarda en aparecer o no abre la puerta entonces el coro canta así:

“Denos, denos, denos si nos han de dar que la noche es corta y tenemos que andar”

“En un jacalito de cal y de arena nació Jesucristo por la Nochebuena”

En un jacalito de cal y basura nació Jesucristo por la noche oscura”

Si los peregrinos obtuvieron su moneda o su regalo, al retirarse entonan los versos de la Rama:

“Ya se va la Virgen muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida”.

Como se puede notar se cambia el sustantivo, en lugar de que se retire la rama como en las fiestas tradicionales de otros sitios del estado, en este caso la que se aleja es la Virgen María.

Si no se atiende a los peregrinos y no se les otorga un regalo éstos en

consecuencia cantan:

 “Ya se va la Virgen /con patas de alambre /porque en esta casa /están muertos de hambre”.

 Tradicionalmente, al final de cada jornada, alrededor de las nueve de la noche; las monedas recaudadas se entregan al tesorero o tesorera nombrado previamente para tales tareas, con el fin de que guarde el dinero y con la cantidad reunida tras 8 noches de actividad, el día 23 de diciembre, se organice un convivio con todos los integrantes del coro.

Sin embargo, en los últimos años al final de la jornada ha imperado la costumbre de contar el dinero recibido y repartirlo equitativamente entre los que esa noche fueron a pedir posada.

“Antes sí hacíamos la posada del 23 de diciembre, recuerda el trabajador jubilado Marco Antonio Ibarra Rivera, pero siempre nos ayudaban los adultos porque el dinero, que valía más, rara vez alcanzaba”

Al respecto Adriana San Marín Opina que “Creo que antes y ahora el dinero se ha utilizado según vean sea más conveniente las personas que salen a pedir «posada». Esto no lo podemos saber con exactitud porque varía según las personas, es como la retribución del trabajo, cada quien la utiliza como quiere y puede, pienso”.

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Cada vez es más difícil encontrar grupos de niños que pidan posadas, la tradición se ha quedado en las zonas populares, pero al menos las autoridades municipales de la presente administración se preocuparon por realizar una descripción de la tradición y por tratar de preservarla dando el primer paso, nombrarla patrimonio inmaterial del municipio.

Para María Esther Patiño es necesario conservar estas costumbres porque representan la identidad de los nacidos en Poza Rica y es algo en el que todos podemos cooperar alentando a los niños a que salgan a pedir posadas.

Adriana San Martín lo explica así “El que los niños sepan cómo prepararse y que necesitan para salir a pedir posadas; es obra de las antiguas generaciones como padres y abuelos, que aún están interesados por preservar estas bonitas tradiciones y seguir manteniéndolas vivas a través de las futuras generaciones.

Sí las generaciones más grandes no enseñamos lo que se hacía o hace, es evidente que se irán perdiendo o deteriorando las costumbres y tradiciones. Y nos sólo en la tradición de pedir posadas.

Por: Luis Navarro y Astrid Muñoz

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