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“Yo soy como los gatos, Luhicimos, las ratas no me pueden ver”, me dijo en un lejano 1993 Daniel Fernández García, periodista sarcástico, crítico, ácido; a bordo de un muy veterano Valiant sesenta y tantos, mientras nos dirigíamos a Radiorama donde él colaboraba en el espacio de Lorena López.
Esa fue la primera vez que lo ví, ya lo había escuchado antes. La última vez que lo saludé fue hace unos días, muy delgado, pero igual de ácido, con el espíritu inquebrantable del tipo crítico e independiente.
El amigo, el maestro, murió este jueves a las cinco de la mañana de un viejo mal que lo aquejaba y lo primero que se me vio a la mente cuando recibí la noticia fue que, sí, las ratas no lo podían ver.
La frase con la que inicio este texto, lo definía muy bien era crítico, despiadado con los políticos corruptos. Daniel manejaba con maestría el lenguaje y siempre elegía el sarcasmo para su crítica. Se enojaba con frecuencia porque muchos nuevos periodistas, universitarios, no tenían su sapiencia gramatical.
A pesar de lo anterior siempre fue amable con los jóvenes. El 25 de enero de 2012 mis alumnos de la Universidad de la Huasteca Veracruzana, platicaron con él, quedaron fascinados. Una tarde, en La Opinión, cuando yo era un chamaco, llegó con un cuaderno viejo y me dijo “toma, este es un compendio de todos los pozos que hay en Poza Rica, un viejo ingeniero de los de antes, de los chingones, me lo regaló cuando era yo un reportero joven, ahora yo te lo doy a ti, para que sepas donde están todos estos pozos, porque a veces ni los de Pemex saben donde están”.
El hombre siempre habló de su pueblo, Tecuantepec; de sus correrías por toda la región ejerciendo el periodismo, poco hablaba de sus grandes logros en el campo de la comunicación como su trabajo en el Sol de México o que fue jefe de redacción de la Opinión o muchos más; siempre fue sencillo, franco, leal.
Como lo reconoce La Opinión- donde publicó su columna “lectura para locos”- en su página web donde dice que Fernández siempre fue de una gran erudición “que conjugaba con su estilo sarcástico e irreverente para fustigar a los políticos corruptos.
El cuerpo del hombre, el amigo, el maestro es velado en la funeraria de los trabajadores jubilados de la Sección 30 de donde partirá el cortejo fúnebre a las cuatro de la tarde de mañana rumbo al panteón jardines de los Ángeles.