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Las predicciones de Harry Grappa, Secretario de Turismo y Cultura se quedaron en eso, en simples augurios que no se cumplieron, en entrevista con medios de comunicación afirmó que para esta edición décimo séptima se esperaban tener una derrama económica de 200 millones de pesos y 250 mil visitantes.
Año con año los organizadores del evento, encabezados por Salomón Bazbaz Lapiduz, Director General de Cumbre Tajín daban con bombo y platillo las cifras de visitantes al Parque Temático Takilhsukut, este año no fue así.
Las cifras se dieron solas, el primer día de este festival denominado “Bajo la Protección de las Estrellas”, hubo lugares vacíos en el estacionamiento, no hubo revendedores de boletos como todos los años, al contrario en esta ocasión el gobierno fue “Generoso” con los hoteleros y obsequió pases de cortesía a los turistas que reservaron con anticipación.
Además a los estudiantes de los tres niveles básicos los dejaron entrar de forma gratuita solo mostrado su credencial de estudiante, fue tal la falta de público que los talleres lucían semivacíos, al igual que el Nicho de la Música.
A través de redes sociales los usuarios se burlaron de esta edición con imágenes comparativas sobre la expectativa y la realidad, la austeridad del evento y la nula promoción se pudo observar desde los medios que asistieron a cubrir este festival, años anteriores acudían medios locales, nacionales e inclusive extranjeros, en este 2016 solo hubo medios locales.
El día que mayor gente hubo fue el lunes 21 de marzo y no fue precisamente por Margarita la Diosa de la Cumbia, sino por el equinoccio de primavera.
Quedó claro a los visitantes que el recorte presupuestal que sufrió Cumbre Tajín, afectó las actividades y a los artistas invitados, este también afecto a los comerciantes quienes aseveraron que fue su peor Cumbre y que al ver la cartelera decidieron no arriesgar y comprar productos en demasía ya que temían no recuperar su inversión.
El declive ya se veía venir, desde el año pasado con la cancelación del “Tajín Vive” el espectáculo de color que se realizaba en la zona Arqueológica del Tajín.
