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Poza Rica de Hidalgo

Lleva 60 años viviendo en el panteón, al fin buscan reubicarla

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En 1953 la ciudad de Poza Rica crecía sin control, así como nacían muchos niños, otros habitantes de la ciudad morían, entonces se fundó el panteón de la Santísima Trinidad ubicado en los limites con el municipio de Coatzintla, las colonias López Mateos y lo que ahora es la Allende, ya entonces el predio del camposanto era habitado por la familia Ramírez Cruz.

Hoy en día, dicho panteón es el más grande y conocido de la ciudad, guarda muchas historias, una de las más destacadas es la de un par de inquilinos que viven dentro del cementrio, que llevan muchos años ahí y sin embargo, que están en toda la disposición de ser trasladados a un lugar mejor.

En este lugar se encuentran viviendo doña Filomena Ramírez Viuda de Cruz de 83 años y su compadre, Juan Mendoza, que desde hace 11 años construyó una casita a lado de la de ella para hacerle compañía debido a que se quedó viudo.

La mujer ha sido contactada por las autoridades municipales que buscan reubicarla para que no siga viviendo dentro del terreno del cementerio. Habla con calma, cuenta su historia.

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¿Cómo fue que llego aquí?

“Yo llegué aquí con mi mamá a mis 22 años, ya que yo soy de la Meza Meltlaltoyuca ; yo trabajaba en la hacienda de los Núñez, de nana y afortunadamente mi marido (que en paz descanse) me saco de ahí y formamos una familia”.

¿Cómo es que se instaló en este lugar?

-“ Fui a la presidencia municipal que en ese entonces estaba el señor Merino (SIC), y le dije que si podía hacer mi casa en este terreno que en ese entonces estaba baldío. El amablemente me dijo que sí, no teníamos donde ir la más grande de mis hijas tenía 6 años y mis otras dos hijas estaban chiquitas, mientras que mi marido estaba enfermo de la próstata es por ello que yo me convertí en la cabeza de la familia y los saque adelante. Yo fui testigo de la primera tumba que se hizo, y me he ido recorriendo conforme se va agrandando el panteón”.

¿De qué manera saco adelante a su familia?
“Sembraba frijol, calabaza, maíz todo eso para que ellos comieran y me iba a vender a Poza de Cuero y para sacarlos adelante, desmonte una gran parte de terreno para poder sembrar, y también vendía leña para ganarme otra feriecita”.

¿No tiene miedo de que las espanten?

“No eso no existe, hay que cuidarse de los vivos. Hace como quince días, iban a violar a una muchacha me gritó. Salí con un garrote, el tipo me vio y corrió, ya llevé a la muchacha a la salida para que se fuera a su casa hay mucho delincuente, que viene hacer de las suyas en este lugar”.

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¿A qué se dedica en este momento?

“Vendo leña, o acompaño a las personas a limpiar sus tumbas, así me dan algo de dinero o luego me traen algo para comer, o también las acompaño a comprar, mientras que en día de muertos vienen familias a buscarme para que las acompañe, y me dicen; ¿señora todavía vive?, y les contesto: hierva mala nunca muere”.

¿Porque no se va vivir con algunas de sus hijas?

“No, ellas ya están amando, luego los maridos son muy celosos y no quiero causarles problemas, a veces vienen a dejarme dinero pero tampoco les voy a exigir. En año nuevo me fui con ellas, pero les dije que me trajeran antes de que empezaran a tomar sus maridos llévenme a mi sombra”.

¿Sufre alguna enfermedad?
“No, solo me han operado de la apéndice pero, hierva mala nunca muere”.

¿Ha tenido algún problema, con los encargados del panteón?

“No, para nada ellos me dicen que les hago, mucha falta ya que les cuido también, se han portado muy bien conmigo, son buena gente”.

El ayuntamiento de Poza Rica ya no quiere que usted viva en el panteón ¿Tiene algún problema para ser reubicada, en un lugar mejor?

“Para nada, estoy en la mejor disposición, ya que hace 13 años fui hasta Xalapa para tramitar mi reubicación, pero no me resolvieron nada sólo se quedaron con mis papeles, y pues ahorita ya me vivieron a visitar para avisarme que me reubicaran, y espero que si se pueda. El dueño del terreno vecino, me dice que me pase para allá, pero no se va a morir, luego sus hijos me van a pelear, no quiero problemas. Mi compadre que vive aquí alado de mi casa, se quedó viudo y se vino acompañarme, también está de acuerdo a que nos reubiquen”.

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Doña Filomena a sus 83 años, hoy en día vive con cuatro perros, en una casa de madera, al fondo del panteón, y con una larga historia que contar, espera a por fin ser reubicada, y trasladarse a un lugar mejor.

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