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A un año del asesinado de los párrocos Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, fue oficiada una misa en la iglesia Nuestra Señora de Fátima de Poza Rica en su memoria y para pedir por su eterno descanso.
Cabe recordar, los sacerdotes fueron sustraídos de la iglesia de Fátima un 19 de septiembre de 2016 y un día después fueron encontrados muertos en “La Curva del Diablo” ubicada en la carretera Poza Rica- Papantla.
Víctor Grajales y Lagunes, Párroco de iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe señaló que aun un año del acontecimiento trágico y que fue muy doloroso, se llevó a cabo la misa en la misma parroquia a en la que se realizó su despedida.
Señaló que ante este hecho se le ha dado una interpretación de amor, porque ofrecieron y desgastaron su vida en la iglesia como los feligreses, visitando enfermos y animando a todos los grupos “Como dice Jesús, nadie tiene amor más grande por sus amigos que el que da la vida por ellos”, agregó.
La iglesia ubicada en la colonia Petromex lució abarrotada por feligreses, enfatizó que las personas mueren cuando nos olvidamos de ellas, y si aún los recursos están muy vivos quiere decir que ellos aún están muy vivos.
En cuanto a las investigaciones que realiza la Fiscalía General del Estado en torno a este caso, señaló que es la dependencia la que lleva la investigación y hasta este momento va bien, todo está en mano de ellos, reiteró que el llamado por parte de la comunidad católica es de justicia, se tienen conocimiento dijo que el expediente no se cierra y se espera que se esclarezcan los hechos.
En cuanto a los últimos sismos que se han registrado en el país, subrayó que la tierra ha sido maltratada, y en general la naturaleza y esta ha sido la forma de reaccionar, por lo que hizo un llamado para que se cuide “la casa común”.
Durante la misa se realizó una oración por todos aquellos que murieron durante el temblor, están sepultados, desaparecidos o que lo perdieron todo en el sismo ocurrido el pasado 7 de septiembre y el de este 19 de septiembre.
