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Aunque su establecimiento formal y metodológico está en el siglo XX, la arqueología de México y del mundo entero abreva de un sinfín de exploradores, anticuarios, eruditos y viajeros que, apasionados por los antiguos mundos romano, griego, maya o mexica, forjaron colecciones y dieron a conocer estudios que hoy se consideran como los antecedentes de dicha disciplina científica.
A esos personajes y episodios sui generis está dedicada la más reciente obra coescrita por el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eduardo Matos Moctezuma, y el director del Proyecto Templo Mayor (PTM), Leonardo López Luján.
Bajo el título Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones, la novedad editorial, publicada por El Colegio Nacional (Colnal), fue presentada en la segunda jornada de actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara.
La obra invita a las y los lectores a emprender un viaje a esos periodos remotos en los que, de la mano del astrónomo y astrólogo de la corte virreinal, Carlos de Sigüenza y Góngora, hacia el siglo XVII, se hicieron las excavaciones controladas más tempranas, de las que se tiene noticia, en la Pirámide del Sol, en la Zona Arqueológica de Teotihuacan.
Asimismo, por medio de la pluma del arqueólogo Eduardo Matos, se recorren las desventuras de polímatas como Lorenzo Boturini quien, si bien conjuntó y legó numerosos objetos y documentos que integraron el Museo Histórico Indiano, también enfrentó castigos burocráticos, un naufragio frente a las costas de Veracruz e, incluso, un asalto en altamar a manos de piratas ingleses.
“Por lo visto, él y los barcos no se llevaban muy bien”, ironizó el galardonado con el Premio Princesa de Asturias 2022.
Al hablar al público del encuentro librero de algunos de los capítulos de su autoría, López Luján evocó otra exploración pionera, que si bien tuvo lugar en el continente europeo, en los vestigios de Herculano, cubierta por la erupción del Vesubio, en el año 79 de nuestra era, influyó para que sabios novohispanos, como Antonio León y Gama o José Antonio de Alzate y Ramírez, emprendieran una difusión inicial de sitios como Xochicalco, Palenque o Tlatelolco, mismos que, a sus ojos, eran igual o hasta más importantes que la urbe romana.
Otros personajes que desfilan por las páginas del nuevo libro son el científico prusiano Alexander von Humboldt, y el peculiar capitán de dragones luxemburgués, Guillermo Dupaix, “más aficionado a la arqueología que a su propia carrera militar”, comentó el titular del PTM.
El último de los siete capítulos que integran la publicación repasa la historia del Museo Nacional, germen de numerosos repositorios culturales de la actualidad, el cual, en 1825, fue uno de los proyectos más ambiciosos de la naciente república mexicana.
Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones está disponible para su adquisición en el Colnal.
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