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El Tlacuache, publicación periódica de divulgación de mayor longevidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), producto del esfuerzo de la comunidad del Centro INAH Morelos, ya cuenta con un número de Identificación Internacional de Publicaciones en Serie (ISSN, por sus siglas en inglés), lo cual permitirá incrementar su visibilidad y el reconocimiento del valor de sus contenidos, más allá de nuestras fronteras.
El suplemento cultural, editado semanalmente, ha logrado afianzarse como un espacio de reflexión y generación de conocimiento en defensa y difusión del patrimonio cultural, según constatan los aproximadamente 2,500 artículos aparecidos en sus páginas, gracias a la colaboración de más de 600 autores, especialistas en antropología social y antropología física, arqueología, historia, biología, paleontología, arquitectura y restauración-conservación.
Desde su inicio en 2001, El Tlacuache, parte de la red de publicaciones periódicas de la Secretaría de Cultura federal, ha puesto lo local con lo global, abriéndose a muchos tiempos e identidades. Sus artículos, los cuales tienden puentes entre las tradiciones y los cambios culturales, pueden ser interesantes para lectores de cualquier parte del mundo, ahora que los datos de la publicación se encuentran en el Registro Internacional ISSN.
El miembro del consejo editorial, Eduardo Corona Martínez, comenta que, gracias al trámite gestionado en el Instituto Nacional de Derechos de Autor, El Tlacuache presenta en su edición reciente, dedicada a la producción de miel en Morelos (1150), el número ISSN-3061-739, un elemento básico en todos los procesos de información, comunicación, control y gestión, referentes a las publicaciones seriadas.
“El que una publicación cuente con un número ISSN permite que se incorpore de forma inmediata a diversas bases de datos, físicas y electrónicas, por lo tanto, la revista puede ampliar su cantidad de lectores. Asimismo, se convierte en una referencia hemerográfica, pues al estar en este sistema internacional debe citarse de forma precisa cuando se haga alusión a alguno de sus contenidos.
“Durante 23 años, el Centro INAH Morelos ha realizado su labor de difusión mediante este órgano. Consideramos que es la experiencia más dilatada de una publicación periódica de divulgación dentro del instituto, y en ese proceso hemos contado con diversas alianzas: aparecimos en las páginas de los diarios La Jornada Morelos y El Sol de Cuernavaca, y hemos tenido presencia en la radio y la televisión estatales. Esto ha permitido que el proyecto editorial sea conocido y buscado a nivel regional, y ahora podemos ir a otra escala”, confió el investigador.
Las labores de divulgación en medios impresos de comunicación, por parte del Centro INAH Morelos, se remontan a la década de 1980, ya que anterior a esta publicación se editó y difundió, durante 12 años, otro suplemento cultural llamado Tamoanchan, en colaboración con el periódico El Regional y, en algún momento, con La Unión de Morelos.
Como ha referido el decano del Centro INAH Morelos, Luis Miguel Morayta Mendoza, el semanario El Tlacuache nació para comunicar, de manera más accesible al público en general, aspectos del patrimonio histórico y antropológico del estado, información que en muchos casos es producto de los estudios de los profesionales de esta representación institucional, pero también da cabida a voces externas, sean de otras dependencias académicas o actores comunitarios.
“En este trayecto, la participación de las comunidades ha sido gratificante; cronistas o algún poblador que quiere contar algo que considere importante de su comunidad y desee que se conozca, han enviado sus textos para su publicación”.
Así, se han logrado difundir, desde distintas visiones, temas como los daños del sismo de septiembre de 2017, la contingencia sanitaria de la COVID-19 o la recuperación del Monumento 9 o “Portal al inframundo” de Chalcatzingo, además de contenidos de corte arqueológico, antropológico, histórico, etnográfico, entre otros.
Corona Martínez, quien también es presidente del Consejo de Paleontología del INAH, resalta que El Tlacuache forma parte de la diversidad de suplementos culturales que han surgido en el seno del instituto, los cuales a la fecha suman ocho. Así, las comunidades de otras representaciones estatales del INAH, como Chihuahua y Veracruz, tienen un medio propio para vincularse con su sociedad y mantenerla informada de su quehacer.
“En el caso de El Tlacuache, cuya versión es digital, tenemos números que alcanzan los 3,000 lectores, en inclusive los 5,000 mil, lo cual habla de un público cautivo y creciente, porque nos ocupamos de temas que sienten propios. En ese sentido, ha servido como foro para las nuevas generaciones de especialistas, como es el caso de antropólogos sociales jóvenes, quienes han abordado aspectos de las redes comerciales y las fiestas patronales de los municipios morelenses”, concluye.
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