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Durante la 1ra. Reunión de Mujeres Parlamentarias del P20 en Marceió, Brasil, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo, destacó la importancia de que las mujeres trabajadoras estén altamente calificadas y con una gran fuerza porque ello contribuye a su empoderamiento económico.
Al intervenir en la tercera sesión: “Combatiendo desigualdades y promoviendo la autonomía económica de las mujeres”, la diputada sostuvo que es importante la educación e inclusión financiera y educar a todas las mujeres en esta materia, porque les ofrece medios de acceso a diversos productos, servicios y créditos para quienes no pueden salir a trabajar porque tienen familia e hijos que criar.
También, destinar créditos para las emprendedoras, pequeñas y medianas empresas; “hay grandes ejemplos de éxito en México y seguramente en todos los países del mundo”, subrayó.
Asimismo, destacó la relevancia del modelo flexible de horarios que les permite a las mujeres que están criando sus hijos presentarse una hora más tarde en el trabajo para poder terminar con las tareas del hogar y “es ahí donde la parte de los cuidados también tiene que entrar en el debate”.
La diputada Guerra Castillo afirmó que desde los parlamentos se debe impulsar la inclusión de las mujeres en los procesos económicos y de producción. Si esto se logra mediante leyes y acciones legislativas, se va a contribuir al Producto Interno Bruto de los países, se genera autonomía económica, aumenta la autoestima, se genera riqueza especialmente en el hogar, y se contribuye a la riqueza con la fuerza laboral de las mujeres a nuestros países.
Cuando las mujeres aumentan su capacidad laboral, mencionó, también se enfrentan a la violencia laboral, por lo que se debe ser muy claras al diseñar o reformar las leyes para combatir esta violencia. En México, dijo, existen diferentes leyes para vivir una vida libre de violencia en cualquier expresión de violencia contra las mujeres y tienen efectos punitivos en nuestros códigos penales.
Cambio estructural del empoderamiento y autonomía económica
En su intervención en la tercera sesión, la diputada Amalia Dolores García Medina (MC) llamó a visibilizar el trabajo del hogar, “ya que, en el caso de México, éste equivale el 27 por ciento del Producto Interno Bruto; por lo tanto, tiene un valor económico. En la pandemia se cerraron miles de empleos y fue el trabajo de las mujeres el que sostuvo la marcha de la humanidad, pero ese trabajo está invisibilizado”.
Explicó que esto se logrará hasta que se ponga “la política de cuidados al centro, pero no como una política social más, sino como la política social, con mayúsculas, del Siglo XXI; así, el 50 por ciento de la población podremos incorporarnos al trabajo formal, a tener autonomía económica, al desarrollo pleno y acceso a nuestro tiempo propio. Se requiere una política estructural de fondo, con una política de cuidados”.
El presupuesto con perspectiva de género es fundamental, ya que esto contribuirá a que las mujeres dejen de padecer una pobreza sustancial, al no tener acceso al tiempo propio, toda vez que se otorga a las tareas de cuidados. Precisó que el Estado debe garantizar la autonomía económica y el trabajo decente, a través de un Sistema Nacional de Cuidados.
Durante esta sesión las parlamentarias de Brasil, República de Corea, Arabia Saudita, India, Italia, Alemania, Portugal, Noruega, Cabo Verde, China, así como la presidenta de Mercosur, representante de ONU-Mujeres, analizaron las políticas públicas en favor de las mujeres, las legislaciones y mecanismos para garantizar la igualdad económica salarial y el acceso a créditos, el desarrollo del emprendimiento, cooperativismo y economía solidaria y el combate a la discriminación en el ámbito laboral.
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DIPUTADA MARCELA GUERRA CASTILLO
Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados
Intervención durante la 1ra. Reunión de Mujeres Parlamentarias del P20 en la Tercera Sesión: “Combatiendo desigualdades y promoviendo la autonomía económica de las mujeres”
Muchas gracias, señora presidenta, procuradora.
Honorable asamblea:
Desde nuestros parlamentos debemos de impulsar la inclusión de las mujeres en todos los procesos y, en este caso, el proceso económico y el proceso de producción.
Si logramos mediante leyes y acciones legislativas que esto se logre, se va a contribuir al Producto Interno Bruto de nuestros países, se genera la autonomía económica, aumenta la autoestima, se genera riqueza, especialmente en el hogar, y se contribuye también a la riqueza con la fuerza laboral de las mujeres a nuestros países. El más trabajo significa más ingreso.
Cuando las mujeres van aumentando su capacidad laboral, también se enfrentan al fenómeno de la violencia laboral. Tenemos que ser muy claras a la hora de diseñar o de reformar leyes para combatir este mal de la violencia laboral.
Nosotros en México tenemos, por supuesto, muchas leyes, la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, tenemos leyes diferentes para vivir una vida libre de violencia en cualquier expresión de violencia contra las mujeres, y tienen efectos punitivos en nuestros códigos penales.
Pero, yo les quiero decir algo muy importante de lo que hemos tomado de algunos países y que ha surtido un gran efecto para impulsar la productividad de las mujeres: primero, antes que todo, debemos de seguir insistiendo en políticas para la igualdad salarial por trabajo igual, seguir insistiendo en eliminar la discriminación no sólo con las leyes sino hacer valer la ley; invertir en programas de educación y capacitación laboral y de promoción al empleo.
Y aquí quiero hacer un énfasis, yo soy del estado de Nuevo León es un estado altamente productivo, es una fuerza industrial tremenda, y nosotros hemos adoptado el programa alemán, es el programa de producción dual, que hemos aprendido de este programa y ha contribuido muchísimo al trabajo bien remunerado para las mujeres.
El trabajo dual significa que mediante tú estás estudiando en una escuela técnica vocacional, estás trabajando al mismo tiempo y capacitándote para el trabajo.
Los alemanes, y felicito aquí a mis compañeras alemanas que conocen muy bien ese tema, lo han hecho muy bien y han servido de modelo para poder generar mujeres, en este caso estamos hablando de mujeres y hombres también, pero mujeres trabajadoras altamente calificadas y con una gran fuerza. Eso es importante, porque contribuye ampliamente al empoderamiento económico de las mujeres.
Promover, también, la educación financiera. Muy importante educar a todas las mujeres en materia financiera y, por supuesto, la inclusión financiera que ofrece a las mujeres medios de acceso a diversos productos y servicios; el acceso a créditos, importantísimo, para aquellas mujeres que no pueden salir a trabajar porque tienen familia, porque tienen hijos que criar, pues también generar una especie de grandes créditos para las emprendedoras, pequeñas y medianas empresas, hay grandes ejemplos de éxito en México y seguramente en todos los países del mundo.
Nosotros, como ya lo dije, adoptamos el modelo alemán en Nuevo León y nos ha dado grandes resultados porque hemos podido formar generaciones completas de mujeres con alta capacidad laboral.
Les quiero comentar que también por parte de Corea hemos tomado en Nuevo León también el horario flexible que Corea implementa desde el año 2012, y hace rato yo platicando con una colega de Corea se lo dije, porque el modelo flexible de horarios les permite a las mujeres que están criando sus hijos presentarse una hora más tarde en el trabajo para poder terminar con las tareas del hogar y es ahí donde la parte de los cuidados también tiene que entrar en el debate.
Y eso de los cuidados se lo voy a dejar a mi compañera Amalia García porque va a ahondar en ese tema.
Pero yo les quiero decir que la productividad es lo que genera riqueza y para ser más productivas tenemos que estar más capacitadas, así que hagamos lo conducente desde nuestros parlamentos.
Es cuánto, y las felicito a todas.
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DIPUTADA AMALIA GARCÍA MEDINA (MC)
Intervención durante la 1ra. Reunión de Mujeres Parlamentarias del P20 en la Tercera Sesión: “Combatiendo desigualdades y promoviendo la autonomía económica de las mujeres»
Gracias.
Agradezco a Brasil su anfitrionía. Y también la decisión de esta cumbre de parlamentarias del P20 de abordar temas tan importantes para nuestra vida.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, ha dicho que la desigualdad no es inevitable; depende de las personas tomadoras de decisiones, es decir de nosotras y de nosotros que eso cambie.
Hoy, hay que decirlo, se requiere un cambio estructural que siente las bases para el empoderamiento y la autonomía económica de las mujeres, para eso debemos enfocarnos en el terreno chicloso que nos atrapa permanentemente en el hogar.
Hay que decir que el valor económico de eso que realizamos todos los días, no se reconoce plenamente.
Ha sido con Beijing, durante la conferencia mundial, que apenas se empezó a plantear que en las cuentas satélite nacionales debe medirse el valor del trabajo en el hogar. En el caso de México, este equivale al 27 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir tiene un valor económico.
También me parece sustancial señalar que durante la pandemia, a pesar de la invisibilización de este trabajo, quedó claro que mientras cerraron miles y miles de empresas, se perdieron miles y miles de empleos por el Covid-19, casi todo se paralizó, fue el trabajo de las mujeres en los hogares lo que sostuvo la marcha de la humanidad, ese trabajo generalmente invisibilizado.
Y es por eso que hoy tenemos el reto de ver cómo se sostiene el trabajo de las mujeres, porque mientras ellas garantizan no solamente la continuidad de la vida, sino la reproducción cotidiana de la fuerza de trabajo, por el Covid-19 perdieron miles de empleos, las mujeres quedaron en abandono.
Y hoy lo que requerimos es que recuperen no solamente un espacio público para tener autonomía económica, sino que resulta sustancial que las mujeres tengan acceso a remuneraciones justas, a contratos, a seguros estables, a condiciones de trabajo seguras, es decir trabajo decente.
Y por ello es que requerimos no solamente que se garantice eso, sino que los estados nacionales, los países, reconozcan presupuestos con perspectiva de género, de tal manera que estos presupuestos permitan focalizarse en aquello que pueda garantizar el acceso de las mujeres a empleos bien remunerados, con educación de calidad, con conocimiento del siglo XXI.
Pero incluso con esa formación y educación, esto sería insuficiente si no se aborda un asunto estructural que es la enorme cantidad de tiempo y esfuerzo que dedicamos las mujeres a las tareas de cuidados, siendo las mujeres de todas las clases sociales y de todo el planeta las que compartimos una pobreza sustancial, pobreza de tiempo, no tenemos acceso a nuestro tiempo propio porque lo estamos dedicando a las tareas de cuidados y es por eso también que el Estado debe garantizar nuestro derecho, autonomía económica y al trabajo decente, a nuestro desarrollo pleno, desplegando un sistema en cada país nacional de cuidados.
De tal manera que además avancemos en lo que desde el movimiento de las mujeres se ha llamado las tres erres: reconocer el valor de lo que realizamos en los hogares; segundo, reducir esas tareas que realizamos; tercero, repartir, es decir debemos distribuirlo entre el Estado, las empresas, la sociedad y en las familias, en plural, no solo las mujeres.
Solamente de esta manera, poniendo en el centro la política de cuidados, no como una política social más, sino como la política con mayúscula del siglo XXI es que cambiará la vida de la humanidad y por fin el 50 por ciento podremos incorporarnos para tener autonomía económica, desarrollo pleno y acceso a nuestro tiempo propio; es decir, reforma estructural de fondo, con una política de cuidados.
Muchas gracias.