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El INAH presenta exposición sobre cerámica al negativo en Michoacán

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La decoración al negativo es considerada una de las técnicas más antiguas de la alfarería mesoamericana; sin embargo, los secretos de su origen y manufactura permanecen ocultos hasta nuestros días, debido a que ninguna investigación ha logrado identificar con exactitud el proceso de elaboración aplicado por los pueblos prehispánicos.

El rasgo distintivo del decorado en negativo consiste en colocar motivos con pigmentos y bloqueadores orgánicos sobre un objeto de barro, y destacarlo mediante un cambio de color que se logra en un complejo proceso de cocción, pero sin alterar la tonalidad del material base.

Las primeras evidencias de este tipo de diseño halladas en Michoacán se registraron en el sitio arqueológico El Opeño, al sur del municipio de Jacona, en 1938, las cuales, se cree, que corresponden al periodo Formativo Temprano (2500-1500 a.C.) y tenían un fin ritual.

Para contribuir al rescate de este conocimiento ancestral, la Secretaría de Cultura federal, mediante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), invita al público a la exposición Los hijos del fuego. La cerámica con efecto negativo en Michoacán, la cual abrió este 25 de marzo y permanecerá hasta el 21 de junio de 2024, en el Centro INAH Michoacán, en la planta alta.

La muestra, conformada por 10 piezas arqueológicas provenientes de la colección José Cacho Vega, es una selección de diferentes regiones de la entidad, las cuales abarcan las zonas de las Cuencas, Lacustre, del Bajío y de la Costa, detalló la expositora Mónica Itzel Sosa Ruiz.

La exhibición se divide en tres módulos temáticos: el primero corresponde a la arqueología sensorial, e incluye la observación de piezas prehispánicas y la exploración de sus respectivos símiles; el segundo, a la investigación etnográfica, y el tercero, a la arqueología experimental.

Además de los objetos prehispánicos, señaló la investigadora, se incluyeron 10 piezas símiles acompañadas de un manual de exploración, “para que las y los asistentes puedan tocar y observar las cerámicas tal y como lo haríamos los arqueólogos, y así brindarles una experiencia integral”.

Para elaborar los símiles, comentó, “se llevó a cabo un trabajo de campo en pueblos alfareros donde aún se realizan quemas tradicionales y se investigó ampliamente sobre los diferentes pigmentos disponibles en la época precolombina que pudieron ser utilizados en la cerámica en negativo”.

Algunos de los pigmentos empleados en la elaboración de dichas piezas, puntualizó, fueron las flores de cempasúchil, de terciopelo y mirasol morado, resinas de pino y ocote, tinte de vaina de mezquite y flamboyán, y fruto de yuca.

Sosa Ruiz refirió que la muestra pretende ser una aproximación al pasado, para dar luz a un proceso desconocido que ha dejado evidencias de “una actividad artesanal en la que se observa un amplio conocimiento del fuego, de los materiales orgánicos y del barro”.

No se conoce con precisión la simbología del decorado, indicó, pero “con frecuencia aparecen aves relacionadas con el fuego (loros, búhos, guajolotes, colibríes) y otros animales vinculados con los mitos sobre el origen del mismo, y todo lo relacionado a este elemento, por lo que era parte de su cosmogonía”.

Para acompañar la exposición se dieron cinco charlas sobre la arqueología y cerámica de Michoacán. Asimismo, estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia darán recorridos a las personas y a grupos escolares que así lo deseen y que reserven el servicio gratuito, al correo electrónico: monica.sosa@enah.edu.mx.

Los hijos del fuego. La cerámica con efecto negativo en Michoacán podrá visitarse de lunes a viernes, de 9:00 a 17:00 horas, en el Centro INAH Michoacán (Antiguo Palacio Federal, avenida Francisco I Madero Oriente. 369, Zona Centro, Morelia). Entrada libre.

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