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La danza ritual de los voladores tiene origen precortesiana, es una de las importantes no solo de nuestra región totonaca, si no que también del país, sin embargo con el paso del tiempo dicha danza ha sido utilizada por la clase política como un estandarte para ganar confianza entre el pueblo Tutunakú, asegurando siempre mejorías para quienes llevan a cabo este ritual, ¿y como no hacerlo?, si la mayor parte de la población de nuestra ciudad se identifica con la cultura.
En 2009 cuando el ritual fue considerado por la UNESCO como un Patrimonio Intangible de la Humanidad, se daba un gran paso dentro del reconocimiento que verdaderamente es necesario para los danzantes de este ritual.
Sin embargo muchos de ellos viven de las contribuciones voluntarias de la gente, por lo que mucha gente se llegan hacer a la idea de que es un “show” lo que realizan y que por eso tienen que pedir cooperaciones, cuando en realidad se trata de algo más profundo en nuestra cultura y que ha pasado por varias generaciones.
En la zona del centro histórico, los integrantes de voladores pasan con los turistas para pedir un apoyo, de igual forma sucede a las afueras de la zona arqueológica El Tajín, es por eso que los danzantes que integran los diversos grupos de voladores incansablemente han pedido a los gobiernos sean tomados en cuenta para un seguro vida o un salario fijo por su trabajo, ya que aseguran solo son un estandarte de la clase política de la región en temporada de elecciones y de lo cual están cansados que denigren su cultura y su imagen sea respetada.
