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Con el Domingo de Ramos da inicio los ritos de la iglesia católica , que es la entrada de Jesucristo a Jerusalén, la Semana Santa, se percibe como un domingo como cualquier otro,las calles se observan solitarias, los católicos siguiendo la tradición acuden a misa para bendecir la palma y que los acompañará durante todo el año.
La iglesias el Sagrado Corazón y Nuestra Señora de la Merced están abarrotadas por los comerciantes que venden las palmas para la ocasión hay de todos tamaños y colores a 10 y 15 pesos la pieza, incluso a cinco pesos para que se acabe dicen algunos vendedores quienes ya rematan su mercancía, algunos tejen las palmas en el momento, otros ya traen las figuras y también traen las palmas secas, en el lugar comida, rosas rosas y manojos de manzanilla.
A las 8:30 horas a mitad de misa el agua bendita empieza a caer, todos los presentes presurosos se acercan para recibir la bendición del padre; «Ya no son las mismas ventas de antes dice un comerciantes» al cuestionarlo sobre las ventas, añadió que cada año que pasa es menor la cantidad de católicos los que acuden a misa, las ventas han bajado.
Los comerciantes añadieron que las iglesias no están llena de feligreses como anteriormente ocurría, los vendedores dijeron que ellos vienen de comunidades cercanas a vender las palmas año con año, ya se ha vuelto una tradición.
En la iglesia se puede observar a personas de la tercera edad en su mayoría que acuden a la misa. Las misas se celebran de manara simultánea en todo el mundo el mensaje de este año del Papa Francisco fue un llamado a los jóvenes a no dejarse callar, silenciar o «anestesiar» por los mayores, sino a «gritar», rebelándose a las injusticias y persiguiendo sus sueños e ideales.
En la misa del Domingo de Ramos, las palmas y ramas que los fieles bendicen son las guarda para colocarlas en puertas y ventanas durante los días de Semana Santa; muchos las conservan durante un año, hasta el Miércoles de Ceniza del próximo año. El Domingo de Ramos es la conmemoración de la entrada de Jesucristo en Jerusalén, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, el pueblo salió a recibirlo entre aclamaciones, agitando palmas y ramas de olivo, en la actualidad esta conmemoración se sigue realizando.
