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Por: Jazmín Morales Silva.
Un día para festejar al hombre de la casa, con un calor insoportable y un sol radiante, la gente que como en caravana arriba al panteón la Santísima Trinidad, tras pasar 4 bardas llamadas topes y mil baches que en el lapso de la carretera Poza Rica a Coatzintla, aparecen cual si fuera un juego en el que cada hoyo regala un punto.
Al llegar al cementerio se podía observar un estacionamiento lleno, florerías que vendían al por mayor como si tuvieran las mas grandes ofertas, pero al escuchar los precios era todo lo contrario, los costos se habían elevado hasta una tercera parte del costo normal.
También en el lugar se vea a Barack Obama, el Presidente de Estados Unidos, comiéndose unos riquísimos tacos de barbacoa en el puesto de la esquina, sí ahí estaba con una sonrisa de oreja a oreja disfrutando sus tacos e invitando a la gente para que los comiera, la publicidad era efectiva ya que no tardó mucho en llegar el primer cliente.
Así como los tacos también estaba el señor de las aguas frescas, el de la fruta, todos aprovechando el clima y el día.
El cementerio ya por dentro lucia triste ya que aunque todos saben que fecha es muy pocos se acuerdan de visitar a sus difuntos, algunos de los visitantes iban totalmente preparados, con escobas, tambos para dejar lo más limpia posible la tumba de su familiar.
Otros solo cargaban consigo flores, no faltó el que llevó hasta músicos para cantar “mi querido viejo”, la tan conocida canción que han interpretado todo, hasta Vicente Fernández.
La administración del cementerio se encontraba vacía, solo estaba el representante del encargado quien dijo no se encontraba su jefe ya que había salido fuera, con cara de estar inventando la cifra, aseguró que se esperaban 3, 00 visitas en este día, siendo que en un día normal entran solo 100 personas.
El día del padre fue solitario para muchos, alegre para otros, como aquella tumba que se encuentra abierta, llena de agua y suciedad.
Las calles del centro de la ciudad se veían solas como un domingo normal como si no fuera Día del Padre, las que si se veían concurridas eran las pastelerías que al parecer les fue en sus ventas muy padre.
