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Por: Estefanía De Luna Paulino
El aire fresco y el cielo nublado, parecía que hasta el clima concordaba con los corazones de los fieles católicos que la noche de 18 de Abril se encontraban vestidos de luto.
Con un gran número de asistentes en el interior de la Iglesia San Judas Tadeo, la caja del Santo Entierro es abierta y la Virgen Dolorosa se ve develada, como cada año, para acompañar en su recorrido a su hijo difunto.
Daban las 8:30 de la noche y, sin escucharse nada más que el toque del tambor del Ángel, las figuras salen de la Iglesia y dan inicio a esta “Procesión en silencio”.
Adultos, jóvenes, niños, parejas, personas de la tercera edad, bebés en brazos y hasta mujeres embarazadas, son el público que asistió para esta dolorosa marcha. Con una vela en mano, el debido silencio guardado, un rostro sereno y una que otra risa entre los niños, la gente del Infonavit Camioneros ve desfilar a la comunidad católica del lugar.
De repente, el silencio se ve arrebatado de manera salvaje del grupo, al sonar el celular de una de las asistentes. La vergüenza se hizo presente en el rostro de la joven al cambiarle el tono del rostro a rojo, ponerse nerviosa y solo sonreír ante las miradas de la gente clavadas en ella, como si se tratara del mismísimo Judas.
Pareciera que la gente no olvidaba lo celebrado este día y aunque no todos los habitantes de esta colonia fueron participes de esta marcha, se vieron a algunos residentes salir de sus casas para admirar al Santo Entierro y a la Virgen Dolorosa en su paso frente a sus viviendas.
Por otro lado, de la nada, en el camino de los fieles católicos, destacando por sí solo un hecho muy particular, al verse una taquería en pleno labor, en donde a pesar de ser un negocio que en ese momento va en contra de la Fe, puede verse al taquero quitarse la gorra y parar sus acciones mientras la procesión estaba presente.
Se ha llegado a la mitad del camino y la Virgen Dolorosa ya puede ser cambiada de brazos, haciéndose el primer revelo en este punto.
La Virgen, cambia de manos en pocos minutos, voluntarios que esperaban con ansias el momento en que las dejaran cargarla.
Entre ellas aparece una mujer mayor, de estatura pequeña y delgada a tomar en sus brazos a esta figura y es, en el paso de una persona a otra donde la Virgen es sacudida brutalmente al grado de casi caerse, afortunadamente para los presentes se pudo controlar y para evitar otro suceso como este, una señora apoyaba a la anciana a cargar a la Virgen.
De repente es percibida por el público una ligera brizna de lluvia que comienza a caer, algunas velas se apagan y el clima comienza a bajar pero eso no impide seguir su camino.
Fue a las 9:15p.m cuando el agua se dejó caer muy fuerte sobre los creyentes, sorprendiéndolos a todos. Unos precavidos abren sus paraguas y como buenos cristianos dan asilo a los pequeños bebés que se encontraban en la marcha. La fuerza de la Fe se apodera de ellos y sin nada que hacer todos siguen su camino aun con la lluvia que cae sobre sus rostros.
Fue un camino largo y pesado, la lluvia intento anteponerse a ellos pero la meta era más importante que todo.
El agua comenzaba a aligerarse pero los vientos no cesaban. Los rostros húmedos, la ropa mojada, la luz de las velas apagada más la luz de la esperanza y la fe se encontraba encendida logrando consigo el cumplimiento de su propósito.
Es así como termina esta marcha. Eran las 9:30 el sonido del tambor había cesado y la Procesión en Silencio había acabado.
